El presidente estadounidense George W. Bush está dando los toques finales a su esperado discurso del miércoles en la noche sobre la nueva estrategia en Irak, mientras busca ganar apoyo público para su política que incluye un aumento de las tropas norteamericanas.
Anoche Bush se reunió con miembros clave del Senado y de la Cámara de Representantas de su partido republicano para informarles en privado sobre su discurso, el que se espera anuncie el incremento de unos 20 mil soldados en las fuerzas estadounidenses en Irak.
La guerra en Irak ha dejado más de tres mil soldados estadounidenses muertos y miles heridos –las bajas iraquíes son varias veces más– desde la invasión de marzo de 2003 que derrocó al ex dictador Saddam Hussein, quien fue ejecutado en la horca el 30 de diciembre.
Bush cree que la violencia sectaria en Irak primero debe ser detenida para que sea restaurado el proceso político, y está convencido de que el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, apoya enérgicamente los planes estadounidenses, dijo hoy el diario Washington Post.
La nueva estrategia de Bush será presentada como un respaldo al plan para pacificar Bagdad presentado el sábado por Maliki, indicó el Post.
El plan espera establecer metas políticas, económicas y de seguridad que el gobierno de Irak debe tratar de alcanzar.
De acuerdo al Post, el plan propone que fuerzas conjuntas de Irak y Estados Unidos controlen a todas las facciones armadas ilegales, incluida la milicia del clérigo chiíta radical Moqtada al-Sadr, llamada Ejército Mahdi.
No está claro como el plan podría afectar a los legisladores pro-Sadr en el parlamento iraquí, que son parte clave en la coalición de gobierno de Malaki.
Bush también anunciará que equipos ampliados de civiles y militares serán desplegados inmediatamente en los vecindarios pacificados.
El portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, anunció que Bush tiene programado pronunciar su discurso, que se espera dure 25 minutos y que será difundido por televisión, a las 21H00 locales (02H00 GMT del jueves).
Los republicanos de Bush controlaban el Congreso estadounidense hasta que la oposición demócrata ganó la mayoría en ambas cámaras en las elecciones del 7 de noviembre, vistas mayoritariamente como un referéndum sobre la guerra en Irak.
Los líderes demócratas han advertido que no darán un «cheque en blanco» a Bush para el envío de más tropas ni miles de millones de dólares para nuevos gastos.
«Es tiempo de llevar la guerra a su fin», dijeron el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid, y la demócrata Nancy Pelosi, que preside la Cámara de Representantes, en una carta conjunta enviada al presidente la semana pasada.
En la carta, los líderes demócratas exigieron una retirada escalonada estadounidense, que debe comenzar dentro de cuatro a seis meses.
Aunque los demócratas no tienen control directo sobre las tropas, y se arriesgan a aparecer minando la seguridad de los soldados estadounidenses si bloquean los fondos, hay otras vías: Reid, por ejemplo, dijo que el Congreso podría recortar los fondos de los contratistas estadounidenses en Irak.
El mensaje de Bush se anunció luego de un completo cambio en la cúpula militar y diplomática estadounidense en Irak, a casi cuatro años del inicio de la guerra.
El lunes, Bush formalmente designó a su embajador en Irak, Zalmay Jalilzad, como nuevo representante estadounidense en la ONU, y lo reemplazó por Ryan Crocker, embajador en Pakistán desde noviembre de 2004.
Bush también modificó a algunos de sus principales asistentes, al destituir al secretario de Defensa Donald Rumsfeld, mover al jefe de espionaje John Negroponte al puesto de segundo hombre del Departamento de Estado, y cambiar a los comandantes militares en Irak y al jefe del Comando Central, que sueprvisa las operaciones en Irak y Afganistán.
Inmediatamente después del discurso, Bush viajaría a Fort Benning, Georgia, una enorme base conocida como «el Hogar de la Infantería» para impulsar su plan, mientras la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y el secretario de Defensa, Robert Gates, tienen programado acudir al Congreso.
El portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, indicó que Rice posiblemente viajaría a Medio Oriente luego del discurso.