El presidente izquierdista venezolano Hugo Chávez basará en libros de Karl Marx, Vladimir Ilich Lenin y la Biblia su proyecto socialista, que comenzará a concretar este año 2007, adelantó tras juramentar a sus nuevos ministros entre anuncios de estatizaciones.
El mandatario -que será investido mañana su nuevo período presidencial- aseguró que emprenderá una serie de cambios en la economía, que pasan por la privatización de los servicios de electricidad y telefonía; en la educación, para formar en nuevos valores; y en una nueva Constitución.
Chávez -reelecto el 3 de diciembre para el período 2007/13- anunció que su gobierno inicia una nueva etapa del «socialismo a la venezolana» o del siglo XXI, y citó a los clásicos del marxismo-leninismo, junto a Jesucristo, como fuentes primordiales de esa idea.
«Vayan a buscar los libros de Marx y Lenin, y la Biblia», clamó Chávez, al referirse a una reunión solicitada por la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica para debatir el tema del socialismo.
Para los cambios económicos Chávez pidió al Congreso que le conceda poderes especiales que le permitan legislar en lo que considera sectores «estratégicos y de seguridad».
La unicameral Asamblea Nacional venezolana, electa en diciembre de 2005, está conformada totalmente por partidarios de Chávez, luego de que la oposición decidió boicotear esos comicios y retiró sus candidaturas.
Ya en 2001, la Asamblea Nacional, en la cual la oposición contaba con minoría significativa, había otorgado a Chávez poderes especiales para legislar.
Entonces, el Ejecutivo aprobó una serie de leyes, entre ellas la de Tierras y la de Pesca, que detonaron dos paros empresariales, llevaron la confrontación política y a una insurrección opositora que llegó a su clímax con un fallido intento de golpe en abril de 2002.
Además de la estatización de la empresa Electricidad de Caracas y la telefónica CANTV, Chávez anunció que modificará los contratos con petroleras extranjeras que operan en la faja petrolífera del río Orinoco, para evitar que tengan el «dominio» en la refinación de los crudos extrapesados.
Venezuela espera certificar en 2008 que en el Orinoco están las mayores reservas mundiales de hidrocarburos.
En materia de Educación, la Asamblea Nacional debe aprobar una nueva ley este año, muy criticada por las escuelas privadas y religiosas que la consideran «ideologizada».
Al frente del ministerio de Educación, el mandatario juramentó el lunes a su hermano mayor, Adán Chávez, un profesor de bachillerato y ex militante radical, debe aplicar las transformaciones anunciadas.
El presidente dijo que uno de los ejes de la nueva etapa socialista que inicia Venezuela será la «educación popular en todos los espacios: el hogar, la escuela, la fábrica, el taller, el campo».
«Hay que demoler los viejos valores del individualismo y del capitalismo para crear nuevos valores», insistió, sin definirlos.
En relación con la reforma de la Constitución, Chávez anunció que debe eliminarse el carácter autónomo del Banco Central, pues considera que ello responde a una «idea neoliberal».
También señaló que la reforma constitucional debe llevar a la creación de la «República Socialista de Venezuela», en sustitución del concepto y nombre oficial «República Bolivariana de Venezuela» aprobado con la Constitución de 1999, promovida por el propio gobernante.
Chávez ha adelantado que quiere introducir en la Constitución la reelección presidencial indefinida.
Luego de lograr la reelección presidencial Chávez anunció que emprendería un diálogo político, pero hasta ahora no se ha reunido con ningún sector opositor, que carece de representación parlamentaria y tiene muy escaso poder local, con apenas dos de las 22 gobernaciones del país.
El candidato presidencial opositor, Manuel Rosales, obtuvo más de cuatro millones de votos (37%) en los comicios de diciembre.
Las decisiones de Chávez han reavivado la polarización desde que anunció que no será renovada la licencia para operar del canal privado Radio Caracas Televisión.
Esa diatriba llevó incluso a que Chávez solicitase la renuncia del chileno José Miguel Insulza a la secretaria general de la OEA, luego de llamarlo «pendejo» (imbécil, el insulto más fuerte en varios países de la región) por haberle pedido que revisase esa decisión.
Irónicamente, Chávez encabezó la campaña para que Insulza venciera al entonces canciller mexicano Luis Ernesto Dérbez como titular de la OEA.