El Senado estadounidense inició el miércoles una larga batalla sobre cómo combatir el calentamiento global, con el debate de un proyecto de ley que el presidente Barack Obama difícilmente pueda llevar aprobado a la conferencia sobre el clima de Copenhague en diciembre.
«Debemos actuar ahora», dijo el senador demócrata John Kerry, uno de los autores del proyecto, frente a más de 300 militantes a favor del medio ambiente, empresarios y legisladores reunidos frente al Capitolio para la presentación del proyecto.
«Nuestra seguridad y nuestra economía serán fortalecidas», aseguró el presidente de la comisión de Asuntos Extranjeros, junto a su colega Barbara Boxer, que preside la comisión de Medio Ambiente.
El proyecto de ley de los senadores demócratas, ligeramente más ambicioso que el aprobado por la Cámara de Representantes en junio, manifiesta un objetivo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de 20% para 2020 en relación a los niveles de 2005. La Cámara había fijado su objetivo en 17%.
Los senadores insistieron además en su texto en la energía nuclear, previendo promover la investigación y la formación de profesionales en ese sector.
El nuevo texto también pone el acento en el gas natural como energía limpia.
El presidente Barack Obama ha convertido la ley sobre el clima -junto con la reforma de la salud y las medidas de reforma de la regulación financiera- en una de sus grandes prioridades legislativas.
Con este proyecto «estamos un poco más cerca de darle a Estados Unidos el control de nuestro futuro energético y de volver a Estados Unidos más independiente energéticamente», aseguró el mandatario en un comunicado.
No obstante, según varios expertos, el proyecto que instauraría un sistema de mercado de derechos de emisión (cap and trade) encuentra una fuerte oposición y tiene pocas posibilidades de ser aprobado antes de la conferencia internacional sobre el clima que se desarrollará en diciembre en Copenhague.
Kerry se manifestó de todas formas optimista: «Estamos preparados para llegar a un resultado y lograr una votación antes» de Copenhague.
Si no lo logran, los demócratas del Senado deberían como mínimo intentar obtener un primer voto sobre el texto en la comisión de Medio Ambiente.
Luego, el proyecto de ley debe ser estudiado por varias otras comisiones, entre las cuales la de Asuntos Extranjeros y la de Finanzas, lo que posterga una eventual votación definitiva a inicios de 2010.
Los republicanos ya han manifestado su oposición a este proyecto de ley, en particular al sistema de «cap and trade», que consideran «el nuevo impuesto nacional sobre la energía de los demócratas». Estiman que las obligaciones que agregaría a la industria harían subir los precios de la energía.
«Lo último que necesitan los estadounidenses es un impuesto que paguen cada vez que accionan un interruptor o que pongan gasolina en su auto», indicó el jefe de la minoría republicana Mitch McConnell en un comunicado.
La oposición subraya también que el texto no contiene detalles sobre los permisos de emisión.