Casa antigua. Vasta casa solariega donde la poesía encontraba eco las campanas de La Merced.
Tiempos aislados al ajetreo, donde la lluvia invernal jugaba a marimbista con las tejas. Esta casa, que desde 1935 perteneció a la familia Arce, hoy da paso a innumerables recuerdos, como el de Manuel José Arce y Valladares, quien bajo ese techo posiblemente escribió más de un libro de poemas.
En la segunda mitad del siglo XX, su hijo Manuel José Arce Leal viene a ocuparla. Periodista, poeta y dramaturgo, Arce es una figura cimera de la cultura guatemalteca. Igual que la mayoría de casas antañonas del Centro Histórico, la casa de los Arce cuenta con dormitorios bastante amplios. En ésta pueden verse camas con dosel y un artesonado que hace juego con un arcón o un ropero. Esta casa enriquece al Centro Histórico como muchas otras que marcan el comienzo de la urbe.