El gobierno ecuatoriano pidió al movimiento indígena que desista de cualquier medida de fuerza durante las protestas que iniciaron hoy contra un proyecto del Ejecutivo sobre el manejo del agua, anunció el ministro del Interior, Gustavo Jalkh.
«Dialoguemos, pero por favor depongan cualquier medida de hecho en contra la ley o en contra los derechos de los demás», dijo el funcionario y agregó que la jornada de movilizaciones comenzó con calma.
Los nativos se concentraron en varios tramos de la Panamericana Norte, que conduce hacia la frontera con Colombia, en los que instalaron barreras con piedras, árboles y neumáticos encendidos para interrumpir el tráfico de vehículos, constataron periodistas.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) convocó a una movilización masiva por tiempo indefinido y al cierre de carreteras para rechazar un proyecto de ley de agua, analizado en la Asamblea Legislativa (de mayoría oficialista), por considerar que privatizará los recursos hídricos.
No obstante, el ministro descartó que la ley tuviera esas aspiraciones y reiteró que incluso la Constitución lo prohíbe.
«No hay ninguna posibilidad de que exista un sistema de privatización del agua» en el proyecto que impulsa el gobierno, señaló Jalkh al canal GamaTV.
El funcionario agregó que la Fuerza Pública tiene la orden de resguardar las vías y despejar las que sean bloqueadas por los aborígenes.
Respetamos que «la gente se manifieste y defienda sus planteamientos, pero no se puede aceptar que se cierren las vías o que se afecten los derechos de los demás» a la libre circulación, sostuvo.
Los nativos cobraron relevancia política cuando en 1990 realizaron un histórico levantamiento hasta lograr el reconocimiento de sus territorios por parte del ex presidente Rodrigo Borja (1988-1992).