El cineasta franco-polaco Roman Polanski fue detenido la noche del sábado en Suiza, donde iba a participar en el festival de Zurich, por una demanda judicial presentada en su contra en Estados Unidos hace más de 30 años por haber tenido relaciones sexuales con una menor.
Roman Polanski, de 76 años de edad, está en «detención provisional en espera de extradición», pero puede apelar esa decisión, indicó el domingo un portavoz del ministerio suizo de Justicia.
El departamento de Justicia estadounidense confirmó que emitió un pedido de detención contra el cineasta franco-estadounidense.
«Las autoridades helvéticas lo detuvieron a raíz de un mandato (de captura) que nosotros realizamos», indicó la portavoz Laura Sweeney.
Fiscales de Los íngeles pidieron la detención de Roman Polanski en Suiza cuando supieron que el cineasta planeaba acudir a un festival en ese país, informó el diario Los íngeles Times.
Una portavoz de la oficina del fiscal de Los íngeles informó al periódico que la iniciativa para detener al director fue desencadenada la semana pasada.
Polanski fue detenido en 1977 en Los íngeles a raíz de una demanda judicial presentada por los padres de una adolescente de 13 años. En la época, se declaró culpable de «relaciones sexuales ilegales».
Pasó entonces un mes y medio en prisión. A fines de enero de 1978, al día siguiente de una reunión entre sus abogados y un juez, en la que éste dio a entender que volvería a ordenar su encarcelamiento, Roman Polanski tomó un avión hacia Europa, donde vive desde entonces.
La víctima en el caso de abuso sexual de que se acusa a Roman Polanski, hoy casada y con tres hijos, ha pedido reiteradamente a las autoridades que retiren las causas en contra del hombre que abusó de ella.
Samantha Geimer, de 45 años, era una niña inocente e ingenua en marzo de 1977, cuando Polanski le preguntó a su madre si podría fotografiarla para un revista de modas en la residencia de Jack Nicholson en las colinas de Hollywood.
Después de emborracharla con champaña y drogas, y de sacarle fotografías sin ropa en su bañera, Polanski la violó, mientras ella le pedía que la llevase de vuelta a su casa, según la propia víctima.
En enero de este año, 32 años después de los hechos, Geimer presentó una declaración legal formal en la que pidió que se retiraran los principales cargos contra Polanski, pero los fiscales insistieron en que el acusado debería volver a Estados Unidos antes de que ello sucediera.
Para Geimer esto fue una «broma cruel» contra ella. «Por más verdaderos que sean los hechos, la publicación de esos detalles me lastima a mí y a mi amado esposo, a mis tres hijos y a mi madre», dijo ella, quien añadió que ya era hora de dejar el caso atrás.
«No podemos juzgar el contexto judicial de la detención de Roman Polanski, pero estamos conmocionados por lo que ocurrió», declararon los directores del Festival de cine de Zurich, Nadja Schildknecht y Karl Spoerri, citados en un comunicado.
Dada su detención, los organizadores del festival aplazaron sine die la entrega del premio al conjunto de su carrera que Polanski hubiera debido recibir el domingo.
En cambio, en signo de solidaridad con quien consideran «uno de los cineastas más extraordinarios de nuestra época», decidieron mantener la gala de homenaje prevista en su honor el domingo por la noche.
En París, el ministro francés de Cultura, Fréderic Mitterrand, se declaró «estupefacto» por la detención «espantosa» de Polanski, y recordó que el cineasta es ciudadano francés.
El cineasta de origen polaco, que pasó su infancia en el ghetto de Cracovia, adquirió la nacionalidad francesa en 1976. En 1969, su esposa, la actriz Sharon Tate, fue salvajemente asesinada, estando embarazada, por el asesino en serie Charles Manson.
Polanski es autor de una obra cinematográfica prolija como director, guionista, actor y productor. Una obra llena de contrastes que ha suscitado a la vez admiración y reservas. En 2002, recibió la Palma de Oro del Festival de Cannes por «El pianista».
Samantha Geimer, la adolescente con la que Roman Polanski tuvo «relaciones sexuales ilegales» en 1977, es hoy una madre de familia de 45 años que pidió a la justicia estadounidense que abandone el proceso contra el cineasta para que «se cierre este capítulo».
En el momento de los hechos, Samantha Geimer era una adolescente de 13 años.
Durante su testimonio ante un gran jurado reunido para juzgar los hechos de 1977, la joven contó que en marzo de ese año Roman Polanski le había preguntado a su madre si podía hacer una sesión de fotos con Samantha en la mansión del actor Jack Nicholson, situada en el barrio de Holywood Hills.
Cuando la adolescente llegó a la casa de Nicholson, Polanski le dio champaña y drogas, explicó Geimer al gran jurado.
Le tomó fotos desnuda en un baño y luego, a pesar de la resistencia que opuso, Polanski logró forzarla a tener una relación sexual, siempre según el testimonio que ella dio ante la justicia.
«Yo decía «no, no. No quiero ir (a la habitación). No quiero hacerlo. No»», contó Geimer en una entrevista de 2003.
«Estábamos solos y no sabía lo que pasaría si me venía una crisis. Pero tras haber resistido, pensé, bueno, podría volver a casa después de esto», agregó en la misma entrevista.
Detenido tras la demanda de los padres de Samantha, el cineasta, entonces de 43 años, se declaró culpable de mantener «relaciones sexuales ilegales» y pasó un mes y medio en la cárcel. A fines de 1978 y con la amenaza de volver tras las rejas, Polanski se fugó a Francia, donde vivió desde entonces.
Geimer expresó en numerosas oportunidades el asco que sintió cuando tuvo que contar los hechos a la Policía y luego a la Justicia.
Abandonó Los Angeles y en los años 80 se fue a Hawai, donde se casó y crió a sus tres hijos, lejos de la celebridad que adquirió a su pesar.
En enero de este año, sin embargo, se decidió a presentar ante la justicia de Los Angeles un pedido para que se abandonara su anterior demanda contra Roman Polanski.
Explicó que la insistencia con la que los tribunales de la ciudad exigían el retorno del director de cine a Estados Unidos era una «broma de mal gusto» cuya principal perjudicada era ella misma.
A ello se agrega la cólera que siente cada vez que la justicia vuelve a sacar su testimonio durante las audiencias públicas relativas al caso.
«He sobrevivido, he superado incluso (esa prueba) y curado todas las heridas que pudo provocarme Polanski cuando era una niña», dijo, agregando que es tiempo de que «este capítulo se cierre».
Las autoridades suizas esperan un pedido oficial de Estados Unidos para extraditar a Polanski, detenido el sábado a la noche al llegar a Suiza, indicó el domingo a la AFP una vocera del ministerio de Justicia.