Historia de la aldea de Los Esclavos, en Santa Rosa


No me refiero aquí­ sobre los temas de marcar con hierro a los indí­genas por el conquistador don Juan Pérez Dardón; no haré referencia a la construcción y reparaciones del famoso puente de piedra de finales del siglo XVI, así­ como el enorme bloque de piedra llamado el Diamante.

í“scar Enrique Alvarado S.

Los Esclavos es hoy una aldea de Cuilapa, pero en 1872 fue un municipio con su ayuntamiento. En el año citado el gobierno provisorio dirigido por Miguel Garcí­a Granados, por medio del Ministerio de Gobernación decidió suprimirlo como municipio y que pasara a formar parte de Cuajiniquilapa, así­ llamada la ciudad en aquella época y que ya era la cabecera del departamento.

Los Esclavos tení­a amplios ejidos y numerosas haciendas, lo que dio origen a ciertos conflictos con Cuajiniquilapa por razones de tierras.

Desde la época colonial pasó por su puente el camino real con destino a Sonsonate y Acajutla, y para evitar la defraudación en el pago de impuestos fue nombrado en el lugar un empleado de la Real Hacienda.

El principal motivo que dio origen a la extinción municipal fue el pequeño número de habitantes en 1872. Los cargos municipales eran ejercidos por las mismas personas, año con año, y según los documentos consultados en el Archivo General de Centro América, se daba la evasión en el cumplimiento del pago de ciertos impuestos.

Al trasladar los archivos municipales y el juzgado, y poner en orden la recaudación, se podí­a asignar mayores recursos a la manutención de los presos en Cuajiniquilapa.

Santa Rosa era ya un departamento desde 1853, dirigido por un Jefe Polí­tico, fue éste quien solicitó la supresión municipal de Los Esclavos.

Los únicos fondos que entraban al pequeño ayuntamiento provení­an de los ejidos, siendo una renta muy reducida.

El pueblo constaba de doscientas sesenta y ocho personas, hombres y mujeres de todas edades.

En una galera con dos ambientes, uno serví­a de prisión y el otro de juzgado y escuela. El Secretario Municipal desempeñaba la preceptorí­a de la escuela, ganando por los dos trabajos quince pesos mensuales.

No existí­a parroquia.

Hoy tenemos la iglesia en donde es venerada la Virgen de Candelaria, la que siempre tiene su vestido nuevo confeccionado por familias del lugar y de Cuilapa.

En el documento consultado he leí­do una hermosa exposición del Fiscal del Ministerio de Gobernación, sobre los inconvenientes de suprimir municipalidades, ya que estas instituciones tení­an entre sus funciones luchar por los intereses comunes de los ciudadanos. Para hacer frente a la falta de recursos propuso reducir el personal a un alcalde, un sí­ndico y dos regidores, que de hecho tal ayuntamiento ya funcionaba así­.

El Fiscal revocó la medida de no suprimir la municipalidad, ya que en la última elección no hubo personas a quien elegir para ocupar los cargos, por tal motivo fue agregada la población a Cuajiniquilapa y nombrado para Los Esclavos un Alcalde Auxiliar.

El clima cálido y algunas enfermedades incidí­an en que varias familias recién llegadas abandonasen el pequeño poblado.

He visitado la actual aldea, existe una catarata llamada El Saltón. La hidroeléctrica que funciona a pocos metros del puente antiguo, bien podrí­a iluminarlo.

La quema del castillo llamó mi atención, es un conjunto de luces pirotécnicas.

Hubo un tiempo en que eran llevados los camarones de rí­o a diversos lugares, hoy es raro verlos.