Los padres y madres de familia así como los estudiantes están felices porque de hecho. y ahora por derecho, están asegurados para estudiar el próximo año su grado inmediato superior; sin haberse evaluado, lo anterior desde ya, les otorga derechos que muy bien pueden hacer valer a la hora que se les indique que no fueron aprobados en la evaluación final. Y a los alumn@s que son candidatos a perder el grado, la Supervisión ha ordenado que se les anote en la estadística como «RETIRADOS» a efecto de que no haya población escolar NO APROBADA.
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La comunidad docente ve con ojos de sorpresa esta última medida, puesto que de una u otra forma vino a frustrar la labor docente de maestr@s y profesor@s quienes se ven obligados a inscribir alumnos por orden directa del Mineduc, al estilo cuartelero y/o chafarotesco.
¿Dónde están las reacciones y razonamientos pedagógicos de los pseudos sindicatos que velan por el proceso educativo en Guatemala? En el Ministerio de Educación existen registrados por lo menos 17 sindicatos, vale la pena preguntar ¿cuál de ellos ha cuestionado la medida ordenada por el Mineduc? ¿hay maestr@s y profesor@s en dichos sindicatos?, ¿cuál es su opinión al respecto?.
En otro orden de ideas, el Mineduc está cumpliendo a cabalidad con lo que no debe hacerse; no es lógico que alguien se inscriba en la Universidad si aún no se ha graduado en educación media; así mismo, no es lógico que se inscriba a los alumnos en el grado inmediato superior sin haberse evaluado y promovido.
Los continuos proceso de cambios ordenados por el Mineduc, se han basado en la política del «ensayo y error», lo cual no ha beneficiado a la población escolar y causa problemas a padres y madres de familia así como a la mayoría de docentes responsables de su labor educativa (porque hay muchos haraganes que también ven con alegría esta medida pues representa no asumir la responsabilidad de NO APROBAR a l@s alumn@s que se lo merecen).
Otra consecuencia de estas medidas es la justa causa de las universidades, las que se quejan del bajo nivel educativo de la población escolar que pretende ingresar a cursar carreras universitarias. ¿Significa lo anterior, que el proceso educativo en Guatemala ha perdido su objetivo de formar, educar, culturizar e informar para cambiar las conductas de la población escolar y adecuarlas a los intereses sociales?
Por lo visto, para los gobiernos de turno, prevaleció y prevalece más la acción política para obtener préstamos dinerarios que el interés por formar a la niñez y juventud con suficiente educación que les permita las herramientas intelectuales para su desarrollo social.
Los políticos tendrán razones que argumentar para justificar este descalabro más del Mineduc; pero la sociedad está comprendiendo que no es una medida acertada. Veremos quién tiene la razón, mientras tanto, seguimos condenados a seguir «chupándole rueda a Haití».