El británico Lewis Hamilton (McLaren-Mercedes) ganó ayer el Gran Premio de Singapur de Fórmula 1, en el que el español Fernando Alonso terminó tercero, salvando el honor de Renault tras el escándalo revelado por el brasileño Nelsinho Piquet por el que fue condenada el lunes.
Otro británico, Jenson Button, salió bien parado de la carrera dominada de principio a fin por su compatriota al terminar quinto al volante de su Brawn GP y afianzar así su liderazgo en el Mundial.
Cuando quedan tres carreras para el final de la temporada, Button lidera la clasificación de pilotos con 84 puntos, 15 más que su compañero de equipo, el brasileño Rubens Barrichello, y 25 más que el alemán Sebastian Vettel (Red Bull), que ve esfumarse sus opciones de alcanzarlo.
Pero el triunfo en Singapur lo saboreó el vigente campeón mundial. «Mi carrera ha sido bastante sencilla. Sabía que tenía más combustible que mis perseguidores. Logré abrir una brecha. Controlé la carrera», contaba Hamilton, que salió en «pole position».
A pesar de que su gran competitividad y regularidad en las últimas pruebas, Hamilton, que cosechó así su segunda victoria del año, está de todos modos fuera de la lucha por el título tras el mal comienzo de temporada de su escudería, en el que sólo consiguió nueve puntos en otras tantas carreras.
Todo lo contrario le sucedió a Timo Glock, segundo el domingo. Toyota empezó bien el año. Con tres terceros puestos en las cuatro primeras carreras, la escudería japonesa creía estar a punto de conseguir su principal objetivo de 2009: ganar su primera carrera en la Fórmula 1.
Pero desde entonces las cosas han cambiado mucho: ningún podio, resultados cada vez peores, ni un punto en las tres últimas carreras… Por eso, el alemán estaba feliz el domingo. «Cuando empiezas así el año y luego te desplomas, es importante remontar. El podio llega en el mejor momento», decía.
También se palpaba el alivio en Renault, que está viviendo una temporada de pesadilla, con un R29 que se queda atrás. Fernando Alonso, uno de los mejores pilotos del «paddock», no había pasado hasta ahora del quinto puesto en Australia, España e Italia.
«Tuvimos opciones de podio en otras carreras antes pero todas las veces se nos escaparon. Esta vez hemos sido rápidos todo el fin de semana. Y ha llegado. Es fantástico», declaró el asturiano, campeón del mundo con Renault en 2005 y 2006.
«Después de una semana bastante dura, se lo merecen los mecánicos, los ingenieros», añadió después de las tres semanas que acaba de pasar en el infierno Renault F1, con la revelación del «Crashgate», el accidente voluntario de su ex piloto Nelsinho Piquet destinado a facilitar la victoria de Alonso.
El lunes la escudería fue condenada a la expulsión definitiva de la Fórmula 1 si reincide en los dos próximos años y rodaron las cabezas de sus dos cerebros: su ex director Flavio Briatore fue vetado de por vida y su ex ingeniero jefe suspendido durante cinco años.
«También quiero dedicarle este podio a Flavio, que habrá visto la carrera en casa. Esto también es suyo», declaró a pesar de todo Alonso, absuelto de toda sospecha.