SAN CARLOS DE SEZZE
Nació en 1620 en el pueblo italiano de Sezze. Un día una bandada de aves espantó a los bueyes que Carlos dirigía cuando estaba arando, y estos arremetieron contra él con grave peligro de matarlo. Cuando sintió que iba a perecer en el accidente, prometió a Dios que si le salvaba la vida se haría religioso. Y milagrosamente quedó ileso. Pidió entonces a unos religiosos franciscanos que le ayudaran a entrar en su comunidad y ellos lo invitaron a que fuese a Roma para que hablara con el superior de la congregación. Así lo hizo junto con tres compañeros más y tras ser probados en la humildad tratándolos con mucha dureza, el superior accedió a admitirlos. El Papa Juan XXIII lo declaró santo en 1959, porque su vida es un ejemplo de que aún en los oficios más humildes y en medio de humillaciones e incomprensiones podemos llegar un alto grado de santidad y ganarnos la gloria del cielo.