Toda una vida entre libros


Cuando compramos un libro en la mayorí­a de ocasiones se destaca el nombre del autor, pero detrás de esa persona, hay muchas otras corrigiendo y editando la información; Manuel Orellana es un editor de libros y se dedica a buscar los errores en ellos, para después imprimirlos en su litografí­a llamada Sonibel.

Eddy Coronado
ecoronado@lahora.com.gt

Con sus 70 años ha logrado mantener varios oficios y desde los 16 comenzó redactando sentencias en una oficina pública, a lo largo de los años tuvo contacto con el mundo de las letras y ahora ayuda a los escritores que quieren imprimir sus libros para que salgan sin errores.

La última de sus creaciones es la edición del libro llamado EL PATRí“N, que fue escrito por Pedro Joaquí­n Chamorro Zelaya un historiador centroamericano fallecido en 1952, pero luego de contactar a la familia, Manuel decide editar su obra para presentarla a Guatemala, el libro se presentará el 8 de octubre en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

¿Cómo fue que comenzó en su carrera?

Desde niño quise ser periodista o editor y me fascinaba comprar siempre libros y luego cuando crecí­ me volví­ amigo de varios intelectuales.

¿De qué se graduó?

De bachiller, después de Licenciado en Periodismo y saqué una Maestrí­a en Reingenierí­a.

¿Cómo comenzó con los libros?

Me inicié prácticamente como vendedor de libros, porque yo trabajaba en una oficina pública, pero ganaba muy poco y en las ventas me di cuenta que se ganaba mejor y cuando fui a la empresa para vender me dijeron «usted es vendedor» y le dije que no, pero de libros si sé porque me gustaba mucho leer y me preparé para ser vendedor.

¿Cuál fue su primer trabajo?

En un juzgado de mi pueblo, en San Antonio Suchitepéquez y trabajaba de ayudante del oficial que redactaba las sentencias.

¿Cuánto tiempo estuvo ahí­?

Dos años, comencé a los 16 pero yo buscaba algo mejor.

¿A qué edad comenzó con los libros?

A los 25 años

¿Qué otras actividades realizó?

Hace muchos años tuve un programa que se llamaba Escuela para Padres, donde ofrecí­amos cursos para padres de familia y los orientábamos, también para las personas que están casadas y que viven peleando, pero eso es porque eligieron mal a la pareja, porque muchos jóvenes se fijan sólo en la cara bonita y después se dan cuenta que era la pintura que llevaba encima.

¿Y después de eso a que se dedicó?

Puse una empresa que se llamaba Sonibel en la que grababa long play porque tení­a las prensas donde se hací­an los discos, pero en eso vino el cambio de tecnologí­a y me dejó en la calle pues todos los discos los perdí­. Luego mejor comencé con la litografí­a con las portadas de discos pero los demás tampoco estaban sacando discos y mejor empecé con las revistas y los libros, que de todas maneras siempre habí­a estado de alguna manera cerca de los libros.

¿Ahora a qué se dedica?

Edito libros, revistas y hago impresiones para la Unicef y la Organización Mundial de la Salud.

¿Qué es lo más importante en la corrección?

Tener una cultura general muy amplia y también es muy importante que le guste a uno la lectura porque si no, es muy difí­cil tratar de corregir a alguien más.

¿Cuánto tiempo tiene de estar en la edición?

Tengo 12 años de dedicarme a editar libros, pero con las letras he estado relacionado desde hace al menos 40 años.

¿Cómo le ha ayudado su esposa en su profesión?

Ella me ayuda en muchas formas, porque también es correctora y la familia ha crecido mucho gracias a que ella está siempre conmigo ayudándome.

¿Si pudiera cambiar Guatemala, qué cambiarí­a?

El problema grande aquí­ es que la educación no es completa, la educación tiene cinco fases: la educación natural, cuando les enseñamos a los niños a cepillarse y todo eso; luego la social para que aprendan a comportarse correctamente con los demás; la humanista, y es aquí­ donde se debe fomentar el hábito de la lectura para que el niño aprenda a retener, el problema grande es que los maestros no tienen el hábito; la educación moral complementándola en la iglesia y por último la educación sexual; básicamente convertirí­a la educación en estos 5 elementos importantes para que puedan vivir mejor. Primero hay que crear la luz, porque sin la educación que es la luz del mundo, no podremos llegar a ninguna parte.

SEMBLANZA


Nombre: Manuel Orellana

Edad: 70 años

Estado Civil: Casado

Hijos: Cuatro varones

Oficio: Editor

Profesión: Lic. en Periodismo

Pasatiempos: Leer y jugar ajedrez

Para nosotros en Diario La Hora, es importante valorar el esfuerzo y trabajo que cada guatemalteco hace dí­a a dí­a, para superarse, apoyar a su familia y contribuir con el paí­s. Por este medio, reconocemos su labor, la agradecemos y, sobre todo, la valoramos, pues estamos convencidos de que la suma de todos los chapines que deseamos una mejor Guatemala, nos podrá llevar al cambio y desarrollo que tanto deseamos.