Dos caza Rafale como los 36 que Francia quiere vender a Brasil en una operación millonaria se estrellaron el jueves en el Mediterráneo al volver de una misión de prueba, un accidente en el que murió un piloto y que según las autoridades «no tiene nada que ver con el avión».
«A priori, el accidente no tiene nada que ver con el avión», afirmó el viernes el ministro francés de Defensa, Hervé Morin, antes de indicar que se está investigando, por lo que «cualquier respuesta sería precipitada».
Morin confirmó la hipótesis adelantada por un portavoz de la marina francesa sobre una «colisión en vuelo», al ser interrogado sobre un eventual desperfecto técnico del caza del constructor francés Dassault Aviation.
«Al parecer los dos aviones chocaron. Hubo una colisión. Por supuesto que no sabemos nada más. Una investigación está en curso», agregó Morin en rueda de prensa en la gendarmería marítima de Toulon (sureste), basándose en el testimonio del piloto que sobrevivió.
El accidente del jueves, el segundo de un Rafale desde 2007, se produjo a unos 30 km al este de Perpiñán (sur) durante un ejercicio de «validación de los parámetros» del avión de combate que debía concluir el viernes, precisó.
Los dos aparatos estaban a unos 60 km del portaaviones «Charles de Gaulle», al que regresaban, cuando cayeron al mar hacia las 18H09 locales (16H09 GMT), había indicado el capitán de fragata Bertrand Bonneau, del Servicio de Información y Relaciones Públicas de la marina (Sirpa-Marine).
Uno de los pilotos, el capitán de corbeta Yann Beaufils, de 40 años, fue rescatado con vida pero el otro, el capitán de fragata en reserva Franí§ois Duflot, de 45 años, seguía siendo buscado activamente por un importante dispositivo por aire y mar.
El piloto desaparecido tenía en su haber 5.000 horas de vuelo. El segundo, que logró eyectarse y sólo presenta heridas leves, tiene 3.000 horas de vuelo.
Una fragata «Courbet», una lancha de la gendarmería marítima, tres helicópteros «Dauphin» de la marina y un helicóptero «Ecureuil» de la gendarmería participaron durante toda la noche en las tareas de búsqueda.
A la zona se dirigía el remolcador «Abeille Flandres» con material de búsqueda submarina a bordo y buzos de la marina nacional para localizar los restos de los aparatos.
Interrogado por la AFP, Dassault Aviation no quiso hacer ningún comentario.
Este accidente se produce en momentos en que Brasil y Francia negocian la venta a Brasilia de 36 Rafale, opción preferente del gigante sudamericano que a cambio quiere una amplia transferencia de tecnología del fabricante aeronáutico francés en el marco de una operación de 7.000 millones de dólares (5.000 millones de euros).
Un precio que apenas la semana pasada el propio presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva consideraba demasiado alto, según un responsable de su gobierno.
Por esta jugosa licitación compiten la estadounidense Boeing con su F/A-18 Super Hornet y la sueca Saab con su Gripen.
A principios de septiembre y en el marco de una visita oficial a Brasilia del presidente francés Nicolas Sarkozy, ambos países anunciaron la apertura de negociaciones. La noticia tuvo eco en Francia, ya que se trataría de la primera exportación de este aparato que salió de fábrica en 1998 y opera a menudo en Afganistán.
«Creo que nuestro presidente se precipitó un poco», había estimado días después el general de reserva brasileño y analista militar Alvaro Pinheiro.
Hace tan sólo 48 horas, Sarkozy afirmó desde Nueva York que el contrato «será firmado», antes de calificar al Rafale de «mejor avión del mundo».
La Fuerza Aérea Brasileña dará a conocer a fines de octubre su evaluación final sobre los tres aparatos y será Lula quien tome la decisión final.