Los líderes del G20 -que reúne a Estados Unidos, Europa, Japón y a grandes emergentes como China, Brasil e India- aceptaron que el grupo se transforme en el «foro principal para la cooperación económica internacional», indicó un comunicado del gobierno estadounidense, a poco de abrirse el jueves la cumbre.
La sesión de este viernes se apresta además a anunciar una ampliación del poder de voto de los emergentes en el Fondo Monetario Internacional (FMI), para reflejar las nuevas realidades de la economía desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, según indicaron altos responsables del encuentro.
Los dirigentes del G20 se pusieron por otra parte de acuerdo en evitar un retiro «prematuro» de los paquetes gubernamentales de reactivación económica, ante el riesgo de una recaída en la crisis, y llamarán a «limitar las primas» pagadas a los banqueros, según un proyecto de comunicado.
Esas medidas apuntan a evitar la repetición de fenónemos que condujeron a la formación de burbujas financieras.
El papel de coordinador de los grandes expedientes mundiales recaía hasta ahora en el G8, formado por los siete países más industrializados (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Canadá), junto a Rusia.
En cualquier caso, el G20 y el G8 tienen ya un punto en común: las protestas callejeras que provocan, y que dieron pie el jueves a violentos enfrentamientos entre un millar de manifestantes y las fuerzas de seguridad desplegadas masivamente en la ciudad.
Según el FBI, 66 personas fueron arrestadas en esos incidentes.
La crisis financiera que estalló hace dos años en Estados Unidos y que hundió hace un año a la economía mundial aceleró el proceso de irrupción de los emergentes, indispensables para tratar de forma coordinada otros asuntos de dimensión planetaria, como la crisis alimentaria y el cambio climático.
Los países del G20 representan un 90% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, un 80% del comercio internacional (incluidos los intercambios al interior de la Unión Europea) y las dos terceras partes de la población del planeta.
«Creo que tenemos que garantizar que el G20 sea desde ahora un importante foro para discutir las principales decisiones económicas del mundo», dijo el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, en una entrevista con el canal estadounidense de televisión PBS.
Esa óptica fue defendida por Obama en su discurso del miércoles ante la Asamblea General de la ONU.
«Es tiempo de que el mundo tome una nueva dirección. Debemos asumir una nueva era de cooperación basada en intereses comunes y respeto mutuo, y nuestro trabajo debe empezar ya», dijo el mandatario.
El director general del Banco Central chino, Xie Duo, dijo que la cumbre adoptará una medida «muy importante» sobre la reforma del FMI.
«El núcleo de la reforma de las instituciones financieras internacionales son los mercados emergentes. Los países en desarrollo están subrepresentados en esas instituciones», enfatizó el funcionario chino.
Los países industrializados tienen más de la mitad de las cuotas del FMI, y los emergentes reclaman un traspaso a su favor del 7% del total. Según fuentes brasileñas, las discusiones se situaban en torno a un traspaso del 5%.