Dos hombres se hicieron en pleno día con un cuadro del pintor surrealista belga René Magritte en un museo de Bruselas, último ejemplo de una larga serie de robos de este tipo que ilustra la audacia creciente de los ladrones.
«Olympia», un cuadro de 60 por 80 centímetros, fue pintado por Magritte en 1948 y su valor oscila entre los 750.000 dólares (507.000 euros) y los 4,4 millones de dólares (3 millones de euros), según las estimaciones.
«Dos individuos, uno de ellos de tipo asiático, hablando uno inglés y el otro francés, irrumpieron en el museo poco después de la apertura, uno de ellos armado con una pistola», el jueves hacia las 10H00 (08H00 GMT), precisó André Garitte, conservador del museo René Magritte.
El museo está situado en una casa de Jette, en la periferia norte de Bruselas, donde Magritte vivió entre 1930 y 1954. No se trata pues del gran museo Magritte inaugurado en junio en el centro de la capital belga.
«Los dos hombres, que actuaron a cara descubierta, obligaron a dos de los tres empleados a tirarse al suelo y uno de los ladrones escaló la pared de vidrio de un metro y medio que separa el cuadro del público para llevárselo», explicó Garitte.
No hubo ningún herido, si bien en ese momento solo había dos visitantes en el museo.
Los ladrones huyeron a pie con el cuadro y luego subieron a bordo de un vehículo, dijo la policía, que ha abierto una investigación.
«Olympia», para el que posó la mujer del pintor, Georgette Magritte, representa un desnudo con un paisaje costero de fondo.
El cuadro está inspirado por el pintado bajo el mismo nombre por Edouard Manet en 1863 y que causó un gran escándalo cuando se exhibió dos años más tarde. El pintor francés se refería él mismo a dos desnudos célebres, la «Venus de Urbino», de Tiziano, y la «Maja desnuda», de Francisco Goya.
El toque surrealista del cuadro de Magritte, de corte por otra parte muy clásico, viene dado por la presencia de una concha -que tal vez simboliza el mundo subterráneo o el inconsciente- sobre el vientre de la mujer.
Nacido en Hainaut (oeste de Bélgica) en 1898 y muerto en Bruselas en 1967, Magritte es uno de los artistas más influyentes del siglo XX.
Su «Esto no es una pipa» mostrando una… pipa, o sus hombres en traje flotando se han convertido en iconos en el mundo entero.
El artista prefería no obstante la vida ordinaria de pequeño burgués, al lado de Georgette y de su perro, al estilo de vida parisino, lo que explica que abandonara París y el entorno de André Breton para volver a la casa de ladrillos rojos del 135 de la calle Esseghem, donde fue robado el jueves el cuadro.
Es en esta casa, la única de las siete habitadas por el pintor que está abierta al público, donde Magritte pintó casi la mitad de su obra.
Aunque casi invendibles, los maestros de la pintura llaman la atención de los ladrones, que siempre pueden intentar revender los cuadros en el mercado clandestino o pedir dinero por ellos a las compañías de seguros o al Estado.
Uno de los robos más célebres fue el protagonizado el 22 de agosto de 2004 por dos hombres armados y encapuchados que irrumpieron a la luz del día en el museo Munch de Oslo y se llevaron el «Grito» y «La Madonna», del pintor noruego Edvard Munch.
Las dos obras fueron halladas el 31 de octubre de 2006 en circunstancias que siguen siendo misteriosas y sus autores fueron condenados.