Micheletti ofrece diálogo condicionado; Zelaya denuncia supuesto asesinato


Xiomara Castro, esposa de Zelaya, ofrece declaraciones sobre la situación de su cónyuge. FOTO LA HORA: AFP ORLANDO SIERRA

Manuel Zelaya, el depuesto presidente de Honduras, denunció un supuesto plan para asesinarlo, tomando previamente la Embajada Brasileña en Tegucigalpa, donde se haya en calidad de huésped. Por su parte, Micheletti dijo estar dispuesto a dialogar.

REDACCIí“N INTERNACIONAL
lahora@lahora.com.gt

Vista de un supermercado devastado por la población hondureña, que entró en zozobra por no tener certeza de lo que ocurrirá en el paí­s. FOTO LA HORA: AFP JOSí‰ CABEZASManuel Zelaya, presidente depuesto de Honduras, se encuentra desde el lunes en la Embajada Brasileña en Tegucigalpa. Anoche, denunció un supuesto plan para asesinarlo y que todo pareciera como suicidio. FOTO LA HORA: AFP ORLANDO SIERRA

Zelaya denunció que el gobierno de facto prepara un plan para «tomar» la embajada brasileña -adonde llegó secretamente el lunes- para capturarlo y asesinarlo.

«Hoy en la noche (anoche) se va a tomar la embajada de Brasil. Supuestamente hay un plan de captura y asesinato. Parece que tienen hasta los forenses listos para declarar que hubo un suicidio», dijo Zelaya al canal Telesur.

«Aclaro a la comunidad internacional que Manuel Zelaya Rosales no se suicida, que está vivo luchando por sus principios y sus valores con firmeza. Prefiero morir firme que arrodillado ante esta dictadura», agregó.

Desde Nicaragua, Elizabeth Siena, vocera de Zelaya, descartó cualquier supuesto suicidio del presidente depuesto, y agregó que eso sólo podrí­a ser una invención del «gobierno despótico».

Aseguró, Siena, que el pueblo de Honduras defiende a Zelaya y le otorga sus completas facultades fí­sicas que descartarí­a cualquier suicidio y que, en cambio, «sabe lo que está haciendo para retornar al paí­s», concluyó.

Sin embargo, el canciller del gobierno del presidente de facto, Roberto Micheletti, desmintió que se pensara asaltar la embajada brasileña para apresar a Zelaya.

Tropas hondureñas rodearon la embajada ayer tras reprimir a simpatizantes de Zelaya, que dijo haber iniciado conversaciones con militares en pos de una salida a la crisis.

«Con algunos policí­as y militares hemos estado hablando ayer (lunes) para buscar una salida a la crisis», dijo.

DISPUESTO AL DIíLOGO

Por su parte, Micheletti dijo estar dispuesto a dialogar con el derrocado Manuel Zelaya, que por su parte continuaba asilado en la Embajada Brasileña en Tegucigalpa y denunció un plan para «tomar» el lugar, rodeado por tropas hondureñas.

«Estoy listo para conversar con el señor Zelaya, siempre y cuando él reconozca explí­citamente las elecciones presidenciales» previstas para el 29 de noviembre, dijo Micheletti en una declaración leí­da por su canciller Carlos López.

«El señor Zelaya es un ciudadano de Honduras, tiene todo el derecho de estar aquí­», agregó Micheletti, que desde el golpe del 28 de junio habí­a impedido sus intentos de regreso. El texto rechazó que la propuesta contemple la posibilidad de un regreso de Zelaya a la presidencia.

Respecto al diálogo, López dijo que se podrí­a solicitar una gestión externa. «Podrí­a ser perfectamente en el marco de una delegación de cancilleres de estados miembros de la Organización de Estados Americanos, que venga acompañada por un observador», dijo, en aparente alusión al secretario general José Miguel Insulza.

¿Cí“MO ENTRí“?

Zelaya ofreció declaraciones a la radiodifusora guatemalteca Emisoras Unidas, en donde ratificó el supuesto plan para asesinarlo, y, además, referir que fueron los paí­ses de Centroamérica, quienes le ayudaron a ingresar a Honduras.

«Los paí­ses que más han cooperado conmigo son los de Centroamérica. No voy a dar detalles», dijo a la radio local. «No voy a dar detalles porque comprometo a personas (…) que me ayudaron, pero puedo decir que fueron 15 o 16 horas, en un periplo duro para mí­, que no tengo tanta energí­a», mencionó.

Con respecto al plan para asesinarlo, indicó que los supuestos estrategas «no son personas normales; han asesinado, sacrificado, desaparecido y violado personas en los últimos 88 dí­as y el mundo lo desconoce», sostuvo, aunque indicó que él también tiene voluntad para el diálogo, pero no sólo con Micheletti, sino con la sociedad hondureña en general. También, rechazó de tajo que un tercer en discordia pudiese asumir el poder, ya que la comunidad internacional sólo lo reconoce a él.

COMUNIDAD INTERNACIONAL

Los lí­deres del mundo reclamaron hoy en la ONU que el presidente depuesto de Honduras Manuel Zelaya sea restablecido inmediatamente en el poder para evitar al paí­s centroamericano convertirse en paria internacional.

«La comunidad internacional pide que Zelaya regrese inmediatamente a la presidencia de su paí­s», dijo el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ante la Asamblea general de la ONU en Nueva York, donde fue el primer orador.

Lula agregó que la comunidad internacional «debe permanecer alerta para asegurarse la inviolabilidad de la misión diplomática de Brasil en la capital de Honduras».

«A menos de que exista voluntad polí­tica, vamos a presenciar otros golpes como el que depuso al presidente constitucional de Honduras», advirtió Lula.

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, también reclamó que se firme «de inmediato» el Acuerdo de San José que prevé la reinstauración de Zelaya.

«Quiero reiterar nuestro llamado para que se acepte de inmediato el Acuerdo de San José impulsado por la Organización de Estados Americanos», señaló Bachelet.

«Honduras merece elecciones libres y democráticas, con el presidente constitucional conduciendo dicho proceso», manifestó.

El Acuerdo de San José, producto de la mediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, prevé el retorno al poder de Zelaya, entre otros aspectos.

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, que también se encuentra en Nueva York, dijo ayer que estaba dispuesto a mediar pero aclaró que esperaba que las condiciones estén reunidas para poder hacerlo.

«Tenemos que tener garantí­as para poder negociar», comentó Insulza. «Nosotros queremos contribuir a la paz, no queremos contribuir a la división ni a las confrontaciones», agregó.

De seguir negándose al diálogo, Insulza dijo que el riesgo para el gobierno de facto de Roberto Micheletti y para Honduras en general es convertirse en una suerte de paria internacional.

Se expone «a que nadie lo reconozca en el mundo, lo cual es bien complicado», por ejemplo «a la hora de pedir un crédito», dijo Insulza.

Cuanto más pasa el tiempo, comentó, «es cada vez mas grave». «En este momento, en Nueva York están todos los paí­ses del mundo representados y hay uno que no es reconocido, lo cual es triste».

Zelaya pidió hoy a los gobernantes que asisten a la Asamblea General de la ONU que «no dejen solo al pueblo hondureño», mientras seguí­a refugiado en la embajada junto a un centenar de seguidores.

«Agradecemos todo lo que la comunidad internacional ha hecho por el pueblo hondureño, porque el planeta entero se ha identificado con la resistencia, pero les pedimos ahora que están en la ONU que no dejen solo al pueblo hondureño en estos momentos crí­ticos», dijo Zelaya.

Micheletti expresó en un comunicado que estaba dispuesto a dialogar con Zelaya, siempre y cuando reconozca explí­citamente las elecciones presidenciales convocadas para el 29 de noviembre.

ANíLISIS Fuerzas ultraconservadoras


De acuerdo con Simona Yagenova, coordinadora del área de Movimientos Sociales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), en Guatemala, en América Latina se está generando un nuevo ciclo de movilizaciones sociales que plantean la necesidad de refundar el Estado, ya que implementación del modelo neoliberal ha generado exclusión, marginación e impacto negativo en grandes poblaciones.

Asimismo, consideró que en Guatemala la lucha de los pueblos indí­genas es fundamental, para estos movimientos, ya que esta población sigue siendo mayoritaria en el paí­s, y ha sido históricamente la más discriminada.

La experta enfatizó en que los hechos que se suscitan en Honduras, en el contexto del golpe de Estado en contra de Manuel Zelaya, son una muestra de que «siguen existiendo fuerzas ultraconservadoras que están dispuestas a regresarnos a la caverna», dijo, refiriéndose a las épocas de dictaduras militares en América Latina.