El gobierno de transición somalí dijo hoy que está dispuesto a integrar a los elementos moderados del movimiento islamista con la condición de que renuncien a la violencia y acepten participar en la reconstrucción de Somalia, mientras el presidente del país hacía su primera entrada oficial en la capital.
«Nuestra política es la reconciliación. Nuestras puertas están abiertas y debemos acoger a todas las partes somalíes en nuestra administración nacional», declaró el portavoz del gobierno, Abdirahman Dinari.
«Los islamistas son bienvenidos si abandonan las armas, si cesan la violencia y si muestran su voluntad de unirse a la reconstrucción del país», agregó el vocero.
Dinari precisó sin embargo que el gobierno no quiere incluir a los islamistas aliados de la red terrorista Al Qaeda.
«Haremos investigaciones, si uno de ellos tiene vínculos con Al Qaeda u otros extremistas, no les ofreceremos la amnistía y no serán bienvenidos en el gobierno», dijo.
De forma paralela, el presidente somalí, Abdullahi Yusuf Ahmed, entró el lunes en Mogadiscio por primera vez como jefe de Estado. Hacía 20 años que Yusuf no viajaba a la capital de Somalia.
Yusuf llegó al aeropuerto internacional de Mogadiscio, controlado desde el 28 de diciembre por las tropas etíopes y gubernamentales somalíes.
El jefe de Estado fue recibido por el primer ministro, Ali Mohamed Gedi, en el aeropuerto, donde la seguridad fue reforzada considerablemente, constató un periodista de la AFP.
Poco después, escoltado por un dispositivo de seguridad, se dirigió a Villa Somalia, residencia de los presidentes de este país del Cuerno de ífrica, que estuvo privado de un poder central desde el inicio de la guerra civil, en 1991.
El presidente, elegido en Nairobi en 2004 por parlamentarios somalíes, no pudo acudir a la capital tras su elección, a causa de la hostilidad de los jefes de guerra, que no reconocían su autoridad, y posteriormente por la oposición de los Tribunales Islámicos.
Su última visita a la capital somalí se remonta a 1978, cuando Yusuf escapó de la ciudad por su presunta participación en un intento de golpe de Estado contra el ex dictador Mohamed Siad Barre, cuya caída marcó el inicio de la guerra civil.
La llegada de Yusuf a la capital muestra la voluntad de las instituciones de transición de asentar su autoridad en el país, tras derrotar a las milicias islamistas con el apoyo del ejército etíope en las últimas semanas.