«Este nuevo enfoque brindará una capacidad más rápida, cimentada en sistemas probados y ofrece mayores defensas contra la amenaza de ataques de misiles que el programa de defensa de misiles europeo de 2007», dijo Obama.
«Nuestro foco claro y consistente ha sido la amenaza presentada por el programa de misiles balísticos de Irán y ése continúa siendo nuestro foco y la base del programa que estamos anunciando», agregó el mandatario.
«Para decirlo más simplemente, nuestra nueva arquitectura de defensa misilística en Europa les dará una defensa más fuerte, inteligente y rápida a las fuerzas estadounidenses y a los aliados de Estados Unidos», aseguró.
El portavoz del Pentágono Geoff Morrell había anticipado el anuncio de «un importante ajuste y una mejoría del sistema de defensa antimisiles europeo» que preveía el despliegue para 2013 de un radar en República Checa y de interceptores de misiles balísticos de largo alcance en Polonia.
La amenaza de misiles iraníes de largo alcance «no es tan inmediata como se pensaba antes», indicó por su parte el secretario de Defensa, Robert Gates, para justificar el abandono del proyecto actual de escudo antimisiles.
«Ahora tenemos la oportunidad de desplegar nuevos sensores e interceptores en el norte y el sur de Europa que en un mediano plazo pueden brindar una cobertura de defensa de misiles contra amenazas más inmediatas de Irán y otros», declaró Gates en conferencia de prensa.
«Han comenzado las consultas con aliados, comenzando con Polonia y República Checa, sobre albergar una versión con base en tierra del SM-3 y otros componentes del sistema», dijo Gates.
«En una primera fase, desplegaremos los buques Aegis equipados de interceptores SM-3», y «la segunda fase, alrededor de 2015, implicará la instalación de SM-3 en tierra», explicó.
Según un alto funcionario de defensa de Estados Unidos, el sistema norteamericano «ahora se aleja del concepto de un gran escudo antimisiles, de un gran radar» y va a ser «más versátil».
Rusia, que se opuso desde siempre al antiguo proyecto de escudo antimisiles vigente hasta el anuncio de Obama del jueves, negó cualquier tipo de acuerdo secreto con Estados Unidos a cambio de que Washington modifique su posición, según un portavoz de la cancillería rusa.
En el mismo sentido, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, negó categóricamente cualquier acuerdo con Rusia. «Absolutamente no», dijo al ser consultado sobre el tema. «Esto no es sobre Rusia».
Líderes opositores republicanos denunciaron los planes de reducir el escudo antimisiles acusando a Obama de subestimar la amenaza de Irán.
«La decisión anunciada por la administración es peligrosa y miope», dijo en un comunicado el número dos republicano en el Senado, Jon Kyl.
El senador republicano y ex candidato presidencial, John McCain, expresó en tanto su «decepción» por la decisión de Obama y advirtió que podía debilitar el prestigio de Estados Unidos en Europa del Este.
En 2008, Varsovia y Washington firmaron un acuerdo para el despliegue en Polonia hasta 2013 de diez interceptores de misiles balísticos de largo alcance, a lo que se agregaba un potente radar en la República Checa.
Tras llegar a la presidencia, Obama ordenó que se volviera a evaluar el proyecto de su predecesor, George W. Bush, destinado según Washington a contrarrestar las amenazas procedentes de países como Irán, mientras que Rusia lo consideraba como atentatorio a su propia seguridad.
El primer ministro polaco y el presidente checo tomaron nota de la decisión de Estados Unidos de renunciar a su proyecto actual de escudo antimisiles en Europa central, y se mostraron optimistas sobre la seguridad de sus Estados y el futuro de sus relaciones con Washington.
«Es una decisión autónoma del presidente de Estados Unidos y de su gobierno», declaró el jefe del ejecutivo polaco Donald Tusk ante la prensa, tras una conversación telefónica con el presidente estadounidense Barack Obama.
«Esta decisión del gobierno estadounidense no ha sorprendido de ninguna manera a aquellos que han seguido atentamente las señales que se anunciaban en los últimos meses», declaró por su parte el presidente checo, Vaclav Klaus.
El proyecto de la precedente administración estadounidense preveía instalar de aquí a 2013 un potente radar en República Checa asociado a diez interceptores de misiles balísticos de largo alcance en Polonia.
La decisión anunciada el jueves de renunciar al proyecto provocó la inquietud de algunas personalidades checas y polacas sobre la seguridad de su país.
Klaus y Tusk, que se expresaban justo antes del discurso de Barack Obama en Washington, adoptaron un tono tranquilizador sobre las consecuencias del cambio de estrategia de Washington.
«Hay una oportunidad de reforzar la seguridad de Europa y en particular la de Polonia», afirmó Tusk.
«No diré que es un fracaso para Polonia, diré también que, dada nuestra posición geográfica, siempre tendremos que preocuparnos por nuestra seguridad», dijo, en alusión a la proximidad de Rusia.
Tusk también afirmó haber sacado como conclusión de su conversación con Obama que «Polonia tiene la oportunidad de ocupar un lugar privilegiado» en la cooperación con Washington en materia de defensa.
«Estoy convencido al 100% que esta decisión del gobierno estadounidense no significa un enfriamiento de las relaciones entre Estados Unidos y la República Checa», declaró por su parte Klaus.
Poco después de las declaraciones de los dos políticos, el secretario estadounidense de Defensa, Robert Gates, anunció que Washington contaba desplegar en 2015 en Polonia y en República Checa misiles SM-3, concebidos para destruir misiles de corto y medio alcance, en el marco de su nuevo sistema antimisiles.