Los blancos, que este año tienen el aliciente añadido de que la final del torneo continental se jugará en su estadio Santiago Bernabéu, parecían haber sentenciado el partido en la primera parte con los goles de Cristiano Ronaldo, Raúl y el argentino Gonzalo Higuaín, pero en la segunda parte llegaría el sufrimiento.
«No teníamos que sufrir así. Se decidió en los minutos finales», afirmó Higuaín tras el encuentro, asegurando que «lo importante es que se ganó y que hemos empezado bien en Liga de Campeones».
Los madridistas se vieron sorprendidos en el inicio del partido por el Zurich, sobre el papel un rival mucho más débil, que supo erigirse en auténtico muro defensivo ante el que se estrellaba el juego blanco.
Hasta el punto que la primera ocasión fue, de hecho, de los locales cuando tras un centro al área y algunos rechaces, Tihinen remató de tacón en el área pequeña, aunque Iker Casillas pudo detener el balón (8). Higuaín contestó apenas un minuto después con dos tiros seguido que primero rechazó el portero Johnny Leoni, y luego dio en un defensa.
Los suizos salían enseguida a recibir al hombre con el balón, al tiempo que una línea de seis hombres en la frontal del área borraba cualquier posible hueco de entrada, mientras recurrían a algunos contraataques para tratar de acercarse al área de Casillas.
Hubo que esperar hasta el minuto 27 para que el portugués Cristiano Ronaldo abriera el marcador con un gran saque de falta desde 25 metros, que se coló rozando el larguero de Leoni. El gol pareció inspirar a los madridistas, a pesar de que los suizos no variaron por ello su esquema defensivo de juego, y empezaron a llegar más al área local.
Higuaín, que se había mostrado muy activo, se internó en el área tras recibir un buen pase de cabeza de Cristiano Ronaldo, y en un buen centro al área pequeña, dejó un balón franco para que Raúl llegara y marcara prácticamente sin oposición (33).
Con el 2-0, el Madrid ya se hizo totalmente con el control del partido y todavía antes de irse al descanso, Higuaín volvió a internarse en el área para soltar un tiro cruzado que supuso el tercer tanto (45 1).
Margairaz transformó la pena máxima (63) dando alas al Zurich que apenas dos minutos después volvía a marcar con un gran cabezazo de Aegerter en el saque de un corner llevando el miedo a un Madrid, que seguía desconcertado. El gol de la tranquilidad sería obra de otro disparo de falta magistral de Cristiano Ronaldo (89), antes de que Guti hiciera el quinto con el tiempo ya cumplido (90 4).