Pilares del Estado de Derecho y (IV)


Los partidos polí­ticos deben ser verdaderos artí­fices de la participación ciudadana, sobre todo cuando acceden al poder, y no deben olvidar que la democracia no sólo es representativa sino también participativa; gobernar bajo esas premisas y con absoluto respeto a las libertades fundamentales. O sea, que dentro del verdadero régimen democrático el lema debe ser «Gobernar es darle participación al pueblo para expresarse libremente e invitarlo a unirse con un solo interés: el de la colectividad. Que todos participemos en la resolución de los problemas de todos, sin perder nuestra individualidad, sin perder nuestra libertad.»

Lic. Mario Roberto Guerra Roldán

Gobernar en conjunto, en armoní­a concertada en la que concurran los intereses de todos, pero que estos intereses reflejen y contengan las respuestas a las necesidades colectivas, con respeto absoluto a los enunciados de la democracia y a los patrones constitucionales, viene a constituir uno de los pilares esenciales de un Estado de Derecho.

En la actualidad muchos (ONG, polí­ticos, funcionarios, comentaristas y medios de comunicación) mencionan el estado de derecho, y hasta por una pulga que los picó en mala hora, dicen que se ha faltado a él.

Al respecto veamos lo que expresa el Diccionario Electoral. Estado de Derecho, señala en su texto, consiste en la sujeción de la actividad estatal a la Constitución y a las normas aprobadas conforme a los procedimientos que ella establezca, que garantizan el funcionamiento responsable y control de los órganos de poder, el ejercicio de la autoridad, conforme a disposiciones conocidas y no retroactivas en términos perjudiciales, y la observancia de los derechos individuales, colectivos, culturales y polí­ticos.

Para concluir, séanos permitido citar algunos conceptos vertidos por el constitucionalista peruano Alberto Borea Odrí­a. Ducho autor apunta, que el Estado de Derecho es la forma que mejor refleja la autopercepción de la dignidad del hombre contemporáneo. Atiende mejor que cualquier otra forma, el respeto de la libertad de los seres humanos. Y concluye anotando, que el Estado de Derecho es la aseguración de la libertad y de la dignidad de la persona humana, como arquitecto y realizador de su destino y como partí­cipe en la fijación de pautas comunes para la sociedad.

Con todo respeto y la modestia que me es propia y mejor intención, exhorto a los grupos señalados en el paréntesis, a que mediten sobre los expuesto y que, con restricción de sus intereses personales, juntos reforjemos una nueva Guatemala.

P.S. A propósito del discurso del Alcalde ante el Congreso, mis próximos artí­culos versarán sobre el nacimiento de una dictadura, refiriéndome al surgimiento del nazismo en el siglo XX.