Irán y las seis grandes potencias implicadas en la negociación del polémico programa nuclear iraní se reunirán el 1 de octubre para analizar el paquete de propuestas destinadas, según Teherán, a «calmar las inquietudes internacionales», un encuentro del agrado de Washington.
«Durante una conversación telefónica este mediodía (hoy), Javier Solana, jefe de la diplomacia de la Unión Europea, y Said Jalili, secretario del Consejo Supremo de la Seguridad Nacional, decidieron que los representantes de Irán y del grupo 5 1 se reunirán el 1 de octubre para debatir el paquete iraní de propuestas», informó la agencia Isna.
El equipo de Solana en Bruselas confirmó la reunión, que se celebrará en un lugar por determinar.
Este encuentro reunirá, además de a Solana y Jalili, a los representantes de las grandes potencias que llevan años negociando el expediente nuclear iraní, es decir, los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña) y Alemania.
Llegará precedida, la próxima semana, por una reunión en Nueva York entre los ministros de Relaciones Exteriores de esos seis país, al margen de la Asamblea General de la ONU, según la cancillería francesa.
«La República Islámica de Irán está dispuesta a participar seriamente en las negociaciones de octubre (…) para tomar la vía de la cooperación y del entendimiento», declaró Jalili durante su conversación telefónica, señala la página web de la televisión estatal.
Washington no tardó en reaccionar. Este encuentro constituye «un primer paso importante», declaró el secretario estadounidense de Energía, Steven Chu, en el primer día de la asamblea general anual de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) en Viena. «Cruzamos los dedos», añadió.
Pero el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Hassan Ghashghavi, hizo hincapié hoy en que Irán «no debatirá sobre sus derechos nucleares innegables».
«Como habrán visto, uno de los objetivos del paquete de propuestas (iraní) es calmar las inquietudes sobre el tema nuclear concentrándose en el desarme mundial e instaurando un eslogan según el cual la energía nuclear es para todos y la bomba atómica no es para nadie», añadió.
Los países occidentales sospechan que Irán intenta dotarse del arma nuclear escudándose en un programa civil, algo que desmiente Teherán.
Irán se niega a suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio, pese a cinco resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, tres de ellas acompañadas de sanciones.
En su paquete de propuestas, Irán, sin hablar de su programa de enriquecimiento de uranio, propone definir «un marco internacional que impida la investigación, la producción, la posesión y la multiplicación de armas nucleares y que se dirija también hacia la destrucción de armas nucleares».