Francia quiere medir mejor el crecimiento de su economía y para ello modificará su aparato estadístico basado hasta ahora en el indicador de referencia, el PIB, según las recomendaciones de una Comisión presidida por Joseph Stiglitz, conocidas al cumplirse un año de la crisis financiera que sacudió al mundo.
«Francia va a adaptar su propio aparato estadístico», anunció el presidente francés Nicolas Sarkozy en un discurso pronunciado en la Sorbona, en París, centrado en las conclusiones del informe presentado oficialmente hoy por una Comisión de 22 expertos presidida por el Premio Nobel de Economía, el estadounidense Joseph Stiglitz.
«En el mundo entero, los ciudadanos piensan que se les miente, que las cifras son falsas, y lo que es peor, que están manipuladas», afirmó Sarkozy, que criticó la «religión de las cifras».
Se trata de «volver a colocar al debate público sobre una base de verdad», sostuvo el presidente francés, para quien «desde hace tiempo hay un problema entre la manera en que calculamos y la manera en que lo utilizamos».
«Sabíamos de los límites de nuestros indicadores, pero seguíamos usándolos como si no los hubiera», añadió.
El PIB, indicador que nació a mediados de 1930 en Estados Unidos y que fue adoptado en todo el mundo tras la Segunda Guerra Mundial, refleja el valor total de la producción de bienes y servicios en un país en un periodo determinado.
Para Sarkozy, utilizar solamente el «promedio es una manera de no hablar nunca de las desigualdades».
En su informe, la Comisión propone una sistema estadístico que «complete la medición de la actividad mercantil con datos sobre el bienestar de las personas».
En un encendido discurso, Sarkozy sostuvo que hasta ahora «nuestros sistemas de medida tienen por efecto sobrevalorar la utilidad social de la especulación con respecto al trabajo», lo que «invierte peligrosamente el sistema de valores sobre el que se basa nuestra visión del progreso e introduce en el corazón del capitalismo una contradicción que, a plazo, sólo arruinará al capitalismo».
Cuando faltan 10 días para que los países más industrializados y las economías emergentes se reúnan en la Cumbre del G20 en Pittsburgh (EEUU) el 24 y 25 de septiembre, Sarkozy anunció que impulsará el debate sobre las conclusiones del informe Stiglitz «en todo el mundo».
«Francia luchará para que todas las organizaciones internacionales modifiquen su sistema estadístico», siguiendo las recomendaciones de esta comisión, sostuvo Sarkozy, que también lo propondrá a sus socios de la Unión Europea (UE).
El objetivo de la Comisión, cuya formación impulsó Sarkozy en febrero de 2008, era identificar y paliar los límites del PIB como indicador de resultados económicos y progreso social.
Stiglitz, crítico del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), fue economista jefe del Banco Mundial hasta el año 2000.
«La ley de la oferta y la demanda debe expresarse, pero no se construye un proyecto de sociedad o de civilización únicamente a partir del mercado», afirmó Sarkozy.
El informe «no reemplaza un indicador económico por otro, sino que rompe con los indicadores únicos (…) con el pensamiento único», sostuvo Sarkozy hoy, cuando se cumple justo un año de la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers, fecha que marcó el estallido de la crisis financiera mundial.
Stiglitz consideró que este informe es un «primer paso» para revertir la distancia que existe entre las estadísticas y la percepción de la situación pues opinó que seguir buscando «el incremento del PIB podría agravar la situación» de la población.
En todo caso, los franceses no son muy optimistas. Según una encuesta publicada hoy por el diario francés Liberation, el 91% cree que «pocas cosas han cambiado» y que «una crisis similar puede volver a producirse».