San Pedro Carchá, ciudad próspera y floreciente. Pertenece al norteño departamento de Alta Verapaz. Cuenta con diverso patrimonio de valía. La imagen del patrono religioso, crucificado de cabeza, ubicado en el altar mayor de su imponente templo católico. Balneario Las Islas, puente Chixtún centenario y el grupo amigos de la marimba.
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Este último, «los últimos son los primeros» de prestigio y trayectoria. Las damas son también primero. Irma Ruiz de Ramírez y Sandra de Fuentes desempeñan puestos relevantes. En su orden, directora e instructora, entregan ahínco y entusiasmo a fin que el grupo de bailarines exhiban un arte impresionante de enorme atractivo.
Llevan tiempo de demostrar tan cimera actividad en varios escenarios. A los acordes del teclado de hormigo cosechan palmas. El mejor palmerés consiste en la motivación a toda prueba del público. Siempre les brinda el calor humano y reconocimiento del aplauso sincero, ajeno al protocolo y compromisos preestablecidos, de ocasión volátil.
En edades atinentes a la infancia feliz, y asumimos que en la cercana frontera, algunos, de la pubertad, y adolescencia mera transición biológica. Hay sin temor a dudas, una auténtica integración grupal. Situación por demás beneficiosa, garante además de real interacción, de suyo indispensable. Algo esencial, ponen en cada una de las actuaciones, alma y corazón.
Bailan con perfección todos los ritmos que el instrumento nacional glorifica al ejecutar con maestría. Por cuanto mantienen esa costumbre, desplazada bastante hoy en día, por efecto de la transculturación aniquiladora. En especial la muchachada y adultos imitadores que siguen la corriente en los ritmos casi destruidos por el ruido de volúmenes exagerados.
Que la vida les sea propicia con miras a ser elementos multiplicadores en su turno epocal. En el seno de su futuro hogar indudablemente trasmitirán a sus descendientes dicho arte en el campo social. El medio es reacio a dar apoyo a quienes recorren esa senda, que no un lecho de rosas. Están llamados a sembrar esa simiente original.
El diagnóstico situacional inscribe en favor un hito histórico de su querido terruño. Con hechos más que solo palabras huidizas le dan brillo y prestigio a la ciudad de San Pedro Carchá, Alta Verapaz. Honra y ejemplo, a título de desafío en aquella región de eterno verdor. En el interior existen manifestaciones ignoradas y valores.
Parabienes a los propiciadores, piedra angular de esta construcción artística. Lo mismo que merecidas felicitaciones por tan loable iniciativa y proyección enjundiosa. Posición alentadora evidencia el grupo de Amigos de la marimba, Che Ramírez, de Carchá. Deseable viene a ser tan especial actividad que tenga el calificativo de mantenida.
Creemos de buena fe que no les cortarán las alas en el futuro a los bailarines. Tienen madera de calidad, urgida de expansión y éxitos plurales. Deseamos asimismo que se valoren personalmente y den su lugar a los demás. Unidos por similares principios redundarán en superar los escollos y afianzar la victoria en sus actitudes.
A título personal he ahoyado en reiterados ocasiones ese suelo fértil. Disfrutado de la oxigenación devenida de su entorno inolvidable He contemplado con arrobamiento la maravilla del paisaje circundante, equivalente a esplendidez. Sin desestimar el motor de su cotidianidad, un emporio de comercio, industria y turismo.
Una ciudad que engloba aldeas, caseríos y fincas, Donde existen relaciones y convivencia armónica con la etnia qeqchí, en porcentaje considerable. Abre sus puertas de par en par al viajero, comerciante e industrial.
Todo por las niñas, niños y púberes y adolescentes del Grupo: Amigos de la marimba Che Ramírez, de la ciudad de San Pedro Carchá.