«Tengo apoyo de muchos países de Latinoamérica, de ífrica, de países árabes, de Medio Oriente y de Asia, incluyendo a Estados Unidos» y «por eso digo que soy la candidata del consenso», sostuvo Baki en una entrevista, interrogada sobre el respaldo a su candidatura para suceder al director general de la UNESCO, el japonés Koichiro Matsuura.
El lunes, el comité Ejecutivo de esa organización empezó a examinar las nueve candidaturas, en medio de una inédita polémica por las acusaciones de antisemitismo lanzadas contra el ministro egipcio de Cultura, Faruk Hosni, favorito al cargo.
Hosni, que podría convertirse en el primer director general árabe de la UNESCO, afirmó ante el Parlamento egipcio en 2008 que «quemaría yo mismo» los libros en hebreo que encuentre en las bibliotecas de su país, desatando una viva polémica.
«No voy a decir nada en contra de nadie», aseguró Baki durante la conversación mantenida en un hotel cerca de los Campos Elíseos. Sin embargo, se dijo convencida de que «es el momento» de que al frente de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) sea elegido un candidato «que entiende las culturas, que no tiene odios, ni rencores ni divisiones ni discursos negativos».
A la hora de hacer campaña, Baki no sólo reivindica su origen -es hija de libaneses, habla árabe y vivió 18 años en el Líbano donde crió a sus tres hijos-, sino que también subraya que nació en América Latina, región que sólo una vez estuvo al frente de la UNESCO.
El mexicano Jaime Torres Bodet la dirigió de 1948 a 1952.
América Latina «dirigió la UNESCO hace 50 años, pero los árabes nunca la tuvieron y la mujer tampoco. Y reúno los tres. Por eso digo que soy de consenso», insistió Baki, nacida en Guayaquil (suroeste de Ecuador) hace «más de 50 años».
Ex embajadora en Estados Unidos, ex presidenta del Parlamento Andino y ex candidata a la presidencia de Ecuador en 2002, Baki sostiene: «lo que he hecho en mi vida ha sido para llegar a este momento. El momento de una mujer del sur que tiene culturas diferentes y que puede unir y no dividir».
Baki, que es pintora, recuerda su defensa de la paz desde el arte, con la creación, en la Universidad de Harvard de la fundación «El arte para la paz» y asegura que es una «convicción» personal porque «he vivido bajo guerras».
«Mis hijos nacieron bajo bombas», asegura al recordar la guerra civil del Líbano (1975-1990).
«Siempre digo que la paz no es solamente la no violencia. Es la no pobreza. ¿Y cómo se combate la pobreza? Con educación, con ciencia y cultura y con entendimiento de los pueblos (…) y esa es la importancia de la UNESCO», afirmó en un hotel cercano a los Campos Elíseos.
Baki dice que, si llega al cargo, se concentrará en los cinco programas mayores de la UNESCO para «conseguir resultados» pues considera que «se han enfocado en muchas cosas y se ha dejado que otras organizaciones como UNICEF, el Banco Mundial, la OCDE, la PNUD tomen el puesto de lo que UNESCO tiene que ser».
«Se ha hecho mucho (…) pero hay que trabajar conjuntamente todos los temas», respondió sobre si la UNESCO hizo lo que tenía que hacer.
«Tiene que haber liderazgo y visibilidad de la UNESCO», consideró.
«No critico a nadie pero a veces también depende de las personalidades. Creo que lo que hizo Federico Mayor (Zaragoza), fue excelente pero falto algo. Lo que hizo Matsuura fue excelente pero falto algo», sostuvo.
Aunque en el seno de la UNESCO se da por descontada la elección de Hosni, la incógnita se sabrá oficialmente el 17 de septiembre tras una votación a cinco vueltas como máximo.
«Estoy segura de que voy a llegar», sentencia Ivonne Juez de Baki, abuela de dos niñas y un varón, antes de concluir que «la única herencia que nadie puede quitar es la educación… y por eso digo que la UNESCO tiene un rol importantísimo».