Varios puntos relacionan la importante carga explosiva, prácticamente lista para ser utilizada y descubierta el jueves por la policía vasca, y el atentado del 30 de diciembre en el aeropuerto de Madrid, destacaron hoy los diarios El País (izquierdista) y El Mundo (derechista).
Los dos rotativos, que se basan en fuentes policiales, subrayaron en primer lugar que el teléfono portátil que sirvió para alertar sobre la inminencia de la explosión el martes fue activado el 23 de diciembre en el País Vasco.
Ese mismo día y cerca de la localidad de Amorebieta (País Vasco, norte) fue hallado por la policía vasca un zulo (escondite) con sustancias explosivas y detonadores en su interior (de reciente constitución, según la policía), destacaron los diarios.
También ese día, según El Mundo, un joven vasco relacionado con el carro hallado ayer cerca de los explosivos y sospechoso para la policía local de pertenecer a ETA, desapareció de su domicilio.
Los 90 kilos de explosivos descubiertos el jueves cerca del coche abandonado –y no dentro del coche como se anunció inicialmente– provenían claramente del escondite hallado el 23 de diciembre y significaban una potencia explosiva comparable a la que pulverizó el estacionamiento del aeropuerto madrileño, señaló El País.
En el zulo, los policías habían encontrado un tapón que corresponde a un bidón hallado el jueves.
Según El País, la fecha de activación del móvil tiende a probar que el plan inicial de ETA era de atentar la víspera de Navidad y no el 30 de diciembre, plan que habría resultado abortado «por algún imprevisto».
Por su parte, El Mundo afirmó que esas relaciones entre la explosión y el descubrimiento el jueves mostrarían que fue el mismo comando el que cometió el atentado en Madrid-Barajas y que preparó los explosivos descubiertos el jueves.
Es probable que ese comando tuviera intenciones de cometer un segundo atentado pero que, al sentirse «perseguido», prefiriera dejar su material explosivo en la naturaleza, cerca del escondite y asegurarse el atentado de Madrid, concluyó El Mundo.
Una alerta a la bomba en el aeropuerto de Bilbao (País Vasco, norte de España) fue recibida el viernes «en nombre de ETA», dijo el ministerio vasco del Interior, indicando que la policía «buscaba» un eventual artefacto explosivo.
Un portavoz del ministerio vasco del Interior dijo que el aeropuerto «no estaba siendo evacuado» como lo afirman algunos medios españoles.
Un llamado anónimo dijo por teléfono que una bomba había sido colocada en el aeropuerto de Bilbao.
El comunicante anónimo dijo hablar «en nombre de ETA», precisó un portavoz de la policía autónoma vasca.
«Estamos averiguando, pero el aeropuerto no está desalojado», confirmó este portavoz.
Más explosivos
La policía autónoma vasca descubrió hoy en el País Vasco una mochila con 30 kilos de explosivos, cerca del lugar donde ayer se encontró una bomba prácticamente lista para ser utilizada, dijo la radio privada Cadena Ser.
Un portavoz de la policía autónoma vasca consultado no estuvo en condiciones de confirmar la información.
Dijo sin embargo que las «investigaciones» en los lugares del descubrimiento del pasado jueves «continuaban».
Según la Cadena Ser, la policía vasca encontró, además de la mochila, dos detonadores, retardadores y polvo de aluminio, en la localidad de Atxondo (provincia de Vizcaya), sin precisar qué tipo de explosivos eran los 30 kilos.
Instan a «autocrítica»
El número dos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Blanco, instó hoy a la «autocrítica», tras el atentado de ETA que causó la muerte de dos ecuatorianos y que contradijo las previsiones optimistas del gobierno.
«Hay que analizar el camino recorrido y hacer una autocrítica para saber en qué hemos fracasado y llegar a un acuerdo para una nueva etapa», que se abre con los partidos políticos, dijo Blanco a la Cadena Ser.
Sobre todo consideró que el gobierno había sido mal informado respecto a las intenciones de la organización independentista durante una reunión secreta de mediados de diciembre en la cual los representantes de ETA habrían garantizado que su tregua duraría por lo menos algunos meses más.
«Es indudable que la información de la que disponía el gobierno no se correspondía a la voluntar (real) de la banda terrorista ETA y por lo tanto, hay que reconocer que pudo haber un problema de interlocutor», añadió.
El diario El País afirmó el miércoles que la dirección de ETA había recortado desde agosto el poder de negociación a su jefe Josu Ternera, que había sido el interlocutor del gobierno en los contactos preliminares al alto del fuego permanente, decretado el 22 de marzo por los independentistas vascos armados.