El vicepresidente de Nicaragua, Jaime Morales, abogó ayer porque haya entendimiento con la Unión Europea (UE), para poder destrabar la ayuda de unos 60 millones de dólares al país, suspendida por un supuesto fraude en los comicios municipales de noviembre.
Morales dijo a la prensa que la expectativa es que, con la visita del director general adjunto de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea, Stefano Sannino «se destrabe la ayuda al presupuesto» nacional, congelada tras las cuestionadas elecciones.
Sannino es esperado este jueves en Managua donde sostendrá entrevistas con funcionarios de gobierno, sectores políticos y sociales, tras lo cual decidiría en torno a la renovación o no de la asistencia económica.
Las medidas de tipo económico, como la que la UE aplicó a Nicaragua, «tienen cierto tinte de orden político», comentó Morales, pero se abstuvo de calificarlas como injerencismo.
«Yo no creo que sea injerencismo (la suspensión de ayuda) pero a veces algunos representantes diplomáticos se han extralimitado demasiado, son cosas que hay que reconocerlo, y no son aceptables», subrayó.
Morales evitó referirse a declaraciones de la primera dama, Rosario Murillo, quien el miércoles sostuvo que Nicaragua es objeto de un bloqueo de «los imperios norteamericano y europeo» que intentan imponerle sus diseños de cooperación y exigirle que responda a sus modelos y no al propio», que impulsa el gobierno de Daniel Ortega.
Mientras, el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada, José Aguerri, manifestó que la visita de Sannino «es una oportunidad que no se debe perder» para recuperar la ayuda europea y recomendó flexibilidad de parte del gobierno en los planteamientos de los cooperantes.