Venecia denuncia la «Videocracia» de Berlusconi


El documental de denuncia «Videocracy» del í­talo-sueco Erik Gandini contra el inmenso poder televisivo del jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi, fue presentado ayer fuera de concurso por dos secciones independientes del Festival de Venecia, con el objetivo de generar debate polí­tico.


«La televisión es una caja mágica. Basta aparecer y ya te vuelves popular», explica al final Lele Mora, agente de estrellas y modelos para los tres canales comerciales del jefe de gobierno, en el documental proyectado en Venecia conjuntamente por las Jornadas de los Autores y La Semana de la Crí­tica.

El film, de 80 minutos y que será estrenado hoy en toda Italia, más que una denuncia contra Berlusconi, magnate de las comunicaciones y desde hace 15 años popular lí­der polí­tico, es un retrato cruel de la sociedad italiana, de sus pobres valores y aspiraciones, alimentados por los programas de las cadenas Mediaset del primer ministro.

Para demostrarlo, el documental dedica amplio espacio a Fabrizio Corona, emblema del moderno «paparazzo», el controvertido fotógrafo de celebridades que cobra para no publicar fotos comprometedoras.

«Soy un moderno Robin Hood, que roba a los ricos y famosos para disfrutar del dinero», explica en la cinta tras su condena a varios meses de cárcel.

Presentado como film comprometido, censurado el avance por los canales públicos así­ como por los comerciales, el documental es ante todo un viaje dentro de los estudios de los canales comerciales, entre «velinas» y «tronistas», es decir bellas chicas que aspiran a presentar espectáculos de variedad y guapos jóvenes musculosos que quieren participar en juegos televisivos.

«En los últimos 30 años, a través de la televisión, Italia ha vivido una verdadera revolución cultural», explicó el director, que escogió imágenes de mujeres semidesnudas mientras bailan y se exhiben ante desconocidos seleccionadores con el sueño de participar en un programa y lograr la soñada popularidad y ganar dinero rápidamente.

La cinta se inicia con imágenes de los años 70 de un canal local privado que transmite el juego de desnudar a un ama de casa en directo en función de las respuestas correctas que dan los telespectadores y termina con una acusación: Italia figura en el puesto 77 en la lista de paí­ses con libertad de prensa.

«El poder de la televisión en Italia es sobrenatural. En Italia lo que dice la televisión existe y si no lo dice, no existe», aseguró Gandini.

Director poco conocido en su patria pese a ser autor de varios documentales de gran difusión internacional, entre ellos el galardonado «Sacrificio. ¿Quién traicionó al Che Guevara?», Gandini, de 42 años, reside desde hace 20 años en Suecia.

«La televisión en Italia te vuelve inmortal, te hace obtener victorias polí­ticas, ganar mucho dinero, un privilegio único», sostiene.

Explicar las razones del éxito de Berlusconi, el hombre que forjó hace 30 años un imperio de comunicaciones de la nada, resulta una tarea ardua y el director í­talo-sueco prefirió ilustrar el fenómeno en el que se convirtió.

Porque «Videocracy» muestra el modelo de sociedad que la televisión premia, con mujeres convertidas en mero objeto de deseo y devela de alguna manera la capacidad que tiene el magnate y polí­tico de comunicar con ella, para el que es un í­dolo, un ejemplo, admirado y amado, que se quiere calcar.

«No es (Benito) Mussolini, pero lo admiro tanto como a él», confiesa Lele Mora en el documental, comparándolo con una de las figuras más controvertidas de la historia de la pení­nsula, el fundador del fascismo.