Maricela Contreras es fundadora del Partido de la Revolución Democrática (PRD), fue diputada local por el Distrito Federal antes de ser electa como diputada federal para el periodo 2006-2009. Es presidenta de la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de diputados de México, desde donde ha impulsado «los presupuestos con equidad de género» y la «armonización legislativa» que busca eliminar de los códigos civiles, las leyes atentatorias contra los derechos de las mujeres. En esta entrevista se refiere a la necesidad de impulsar acciones afirmativas que promuevan la equidad en la participación y representación política de las mujeres latinoamericanas, así como medidas concretas -como los presupuestos de equidad- que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las mujeres a través de la generación de cambios estructurales.
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-Más Mujeres, Mejor Política (MMMP): ¿Cómo describiría usted el estado de salud de la representación y participación política de las mujeres en América Latina?
-Maricela Contreras (MC): ¡Ay, catastrófica y desigual! Creo que a pesar de que ha habido un movimiento muy importante a favor de los derechos en América Latina, todavía tenemos muchas restricciones. La mayoría de los países no rebasan el 30% de representación femenina, y en países que pudieran ser paradigmáticos, las mujeres seguimos enfrentando serios problemas para ser prioridad en los espacios de toma de decisiones por parte de nuestros propios grupos políticos, eso significa que una tenga que trabajar mucho más. A nosotras como mujeres se nos exige doble, se nos exige calidad y preparación, que a los señores para estar en los puestos de diputados, no se les solicita.
Entonces hay muchas más exigencias para nosotras, no hemos logrado revertir esas divisiones machistas, misóginas, discriminatorias hacia nuestro desempeño, aun y cuando, a pesar de todo, demostramos que tenemos buen rendimiento en los espacios donde nos toca trabajar, ya sea en el Legislativo, Ejecutivo, Judicial o en la empresa privada. Pero no tenemos la misma condición de desarrollo que los varones en estos espacios.
– MMMP: Si hiciéramos un balance entre los avances y los obstáculos que persisten en nuestros países, ¿qué identificaríamos?
– MC: Yo identificaría, en primer lugar, la cultura y los roles y estereotipos que desempeñan las mujeres en la sociedad para la vida pública. Creo que eso es muy importante. Hay otros elementos que son de carácter estructural porque, por ejemplo, si en las universidades nos siguen enseñando el Derecho Canónico y no hemos logrado incorporar algunos elementos de la perspectiva de género para cambiar la currícula, pues obviamente los profesionales siguen saliendo con estas trabas ideológicas que impiden que se nos valore, que se nos respete como sujetas de derecho, no como que se nos hace un favor o se nos hace una concesión para llegar a estos espacios.
Yo creo que esos son algunos de los obstáculos que todavía tenemos, muchas resistencias de los varones. Nosotras tenemos que seguir luchando por las cuotas de género, por ejemplo, para poder llegar a los Congresos, porque de otra manera se nos obstaculizan los espacios, siempre se preferirá a un varón; a los varones les cuesta trabajo compartir el poder, y entonces nos pondrán obstáculos de que no podemos, que tenemos otras ocupaciones, mentirán y dirán que no queremos, cuando la verdad es que las mujeres queremos estar, podemos estar, somos ciudadanas que tenemos derecho a eso.
– MMMP: ¿Ha habido avances en participación y representación política?
– MC: Yo creo que sí, en algunos países; te podría hablar del mío en particular en el que hemos logrado tener avances en los marcos normativos, lo que ha significado el incremento de la participación de las mujeres en los espacios de representación.
Nosotras iniciamos hace ya algún tiempo con el tema de las cuotas, al inicio la Ley decía: «Los partidos políticos procurarán incorporar a las mujeres en un 30%», y después agregamos: «Los partidos políticos que no cumplan la cuota de género tendrán una multa», y los partidos preferían pagar la multa. Hoy hemos avanzado, ahora la Ley dice: «Los partidos políticos que no cumplan la especificación de las cuotas de género y sus estatutos en materia de representación de género, no se les registrarán sus listas».
Esto es algo importante, pasamos al tema de la penalización a los partidos políticos, para nosotros ha sido un asunto significativo porque ha permitido que algunas de nosotras estemos en los congresos trabajando. Si ha habido adelantos, todavía hay mucha resistencia, y entonces yo creo que hoy no podemos dejar a la buena voluntad de los partidos políticos ni de los actores políticos, sino que tiene que ser a través del mejoramiento de las leyes, que las mujeres podemos incorporar todos estos estatutos.
– MMMP: ¿Qué acciones y estrategias hay que impulsar en los países latinoamericanos que ayuden a disminuir esta enorme brecha en representación y participación entre hombres y mujeres?
– MC: Yo creo que tenemos que buscar, en primer lugar, a los aliados, hombres y mujeres, y generar procesos organizativos y de presencia; instalar en las agendas nacionales el tema de la equidad de género, la igualdad entre hombres y mujeres y la no discriminación. Y por supuesto hacer nuestros esfuerzos en el Congreso, que son espacios donde podemos estar, donde podemos modificar las leyes que posibiliten el acceso de las mujeres. Tendríamos que trabajar porque también en la constitución de los funcionarios y funcionarias en los gobiernos estén más mujeres. Y lo fundamental, para todos los países, es que respeten los tratados y los convenios internacionales en materia de derechos de las mujeres en todos los ámbitos: en lo político, lo social, lo económico; y que avancemos en nuestra plena incorporación.
Además, tendrían que realizarse acciones de carácter afirmativo, que ese es otro elemento, no puedes dar igualdad a los desiguales porque sigues manteniendo la brecha de inequidad. Entonces, para lograr emparejar estas brechas de inequidad, tienes que hacer acciones compensatorias como las cuotas.
– MMMP: Hablemos de las cuotas y de la paridad. En países como Costa Rica, Argentina, Bolivia y Ecuador ha habido realmente un apoyo a este tipo de legislación. Sin embargo, en Guatemala hay una resistencia desde diversos sectores, incluso de mujeres que participan en partidos políticos. Uno de los grandes cuestionamientos es el tema de la «meritocracia». Otro es el tema de por qué si a mi me costó yo le voy a hacer más fácil el camino a otra mujer para que participe, ¿Cómo ve estas resistencias?
– MC: Pues es parte de estas visiones misóginas de la cultura patriarcal, en donde por décadas el ámbito de la política ha sido masculino. Las mujeres veníamos jugando un rol tradicional en el que nuestro papel era lo privado: la casa, los hijos y el trabajo tradicional. Digamos que la política no es para muchos señores un tema tradicional que las mujeres podamos desarrollar, y lo cierto es que nosotras hemos venido rompiendo esos esquemas a base de mucho esfuerzo y mucho trabajo, que nos consideren porque ahí estamos y tenemos capacidad, porque hemos luchado por eso que queremos.
No han sido concesiones graciosas, han sido producto de la lucha de generaciones de mujeres en América Latina a partir de las particularidades de los trabajos, a partir de las especialidades de cada país, las mujeres se han ido organizando y han ido peleando por su reconocimiento. Nada ha sido gratuito, todo ha sido en función de la organización y del reclamo del cumplimiento de los derechos simplemente.
Yo creo que ha sido fundamental en toda América Latina, que las mujeres de todos los partidos podamos hacer un frente común por la incorporación de las mujeres y la sensibilización de su participación en los espacios de elección popular, porque no es un problema exclusivo de un partido. En mi país no es exclusivo de la derecha, del centro o de la izquierda, es un problema que afrontamos las mujeres en todos los partidos políticos, como sucede aquí en Guatemala. Entonces ¿qué necesitamos? que las mujeres hagamos alianzas, que las mujeres cabildeemos, que las mujeres busquemos convencer a nuestros compañeros de bancada de la importancia de ser consideradas como ciudadanas, no como apéndices o anexos de los partidos políticos, porque, además, somos las mujeres las que más votamos, somos la mayoría, pues tenemos más inscripciones en el padrón electoral, es un asunto de justicia diría yo.
– MMMP: Usted dirige la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados de México. ¿De qué se ocupa esta comisión y cuáles son las prioridades de su trabajo legislativo?
– MC: Mi comisión está integrada por 30 diputadas. Nuestro parlamento es muy grande, somos 500 diputados y diputadas. La representación que hoy tenemos todas las mujeres del Congreso es del 23%; hoy vamos a tener un poquito más con esta legislatura que empieza ahora en septiembre. Mi comisión tiene una representación proporcional, se organiza a través de una mesa directiva integrada por siete diputadas.
Un tema prioritario en la Comisión es el de los presupuestos de equidad de género, hemos tenido logros fundamentales, hemos etiquetado 9 mil millones de techos para programas este año, en 27 dependencias y 121 programas y acciones, y, además, hemos establecido una vinculación con el Ejecutivo que nos ha llevado en un trabajo coordinado a hacer este despliegue de una metodología única en el mundo hasta hoy, esperamos que nuestra experiencia pueda servirle a Guatemala.
Otro tema es la armonización legislativa, quitar de los códigos civiles las leyes que son atentatorias a los derechos de las mujeres, hicimos una propuesta sobre cuáles son los temas y cuáles son los artículos que había que eliminar o reformar para no atentar contra los derechos de las mujeres.
Otro tema fue el de las mujeres indígenas, el tema de la salud, el tema de la violencia, de la prevención de la violencia de género, el tema de la trata de personas, que fue una ley que se aprobó, que aunque no nos tocó a nosotras dictaminar, intervinimos para darle este matiz de género y la protección a las víctimas de la trata de personas.
– MMMP: Hablemos del presupuesto nacional con enfoque de equidad de género. Uno de los objetivos de su visita a Guatemala, es precisamente compartir esta experiencia. ¿Qué es esto del presupuesto con enfoque de equidad?
– MC: El presupuesto es el instrumento que los Estados tienen para atender las necesidades de su población, y para desplegar los programas de un gobierno. Yo digo que los presupuestos son promotores de desarrollo y de cambio estructural. Entonces de la manera que tú hagas los presupuestos, los dirijas, pues de esa manera vas a impactar el desarrollo de tu país. En todo el mundo, los estereotipos y los roles que nos han asignado a las mujeres nos colocan en una situación de desventaja en el tema de desarrollo, entonces el presupuesto con enfoque de género tiene que ver con una visión de identificar cuáles son las necesidades de los hombres y cuáles son las necesidades de las mujeres, y en ese sentido aplicar las políticas y los recursos de tal manera que estén orientados para abatir las brechas de inequidad. Tú no puedes hacer políticas generales, porque entonces sigues manteniendo las inequidades, y entonces lo que tienes que hacer es decir: «si en nuestro país hay 72 millones de pobres, pero de esos 72 millones de pobres, el 60% de los más pobres son las mujeres, entonces tienes que hacer políticas específicas para abatir esa diferenciación de la afectación de la pobreza que impacta mucho más a las mujeres.»
Los presupuestos de equidad de género son un mecanismo para generar cambios estructurales que permitan que las mujeres tengan mejores condiciones de vida, mejores condiciones de desarrollo.
– MMMP: ¿Cómo se formula un presupuesto con estas características?
– MC: En nuestro país hicimos un trabajo muy interesante, porque estudiamos el presupuesto de una serie de dependencias. Lo primero que hicimos fue identificar cuáles eran los programas que estaban dirigidos a las mujeres, y entonces esos programas se etiquetan en un anexo específico para la igualdad entre hombres y mujeres (…) Estudiamos el presupuesto y logramos identificar para el 2008 una serie de programas en 23 dependencias y ampliamos algunos programas. Tenemos leyes que se han hecho en México que obligan a las dependencias a realizar una serie de acciones, y entonces revisamos estas leyes y dijimos: «Â¿qué le toca a la dependencia de Salud, a la de Gobernación o la de Seguridad Pública?» Les asignamos algunos presupuestos para que ellos pudieran dar cumplimiento a estas leyes, pero tiene que ver justamente con asignar y ponerlos en una mesa específica para la igualdad, esto nos permite dar seguimiento a estos presupuestos y saber si el recurso llega a todos los programas que tenemos identificados y hemos creado, si llegan a tiempo estos presupuestos, y además si aplican.
Además estos presupuestos nos van a permitir monitorear y fiscalizar su gasto. Entonces son elementos que para nosotras son muy importantes, porque hemos ido poco a poco pasando a la etapa no sólo de decir: «a ver, ¿te entregaron los recursos a tiempo?» sino: «Â¿dónde se aplicaron?, ¿a quién se le aplicaron?» y para esto ha sido fundamental una relación de alianzas entre funcionarios y funcionarias públicos (?) Logramos mantener dentro del propio Congreso una serie de aliados que nos ayudaron a establecer estos presupuestos que hoy son un modelo de etiquetación de recursos.
– MMMP: ¿Cuáles son las lecciones aprendidas en México después de este proceso?
– MC: Que es posible conjuntar los esfuerzos de diferentes sectores del gobierno, del Legislativo y de la sociedad civil a favor de los derechos de las mujeres de nuestro país; que permite identificar el presupuesto dirigido a mejorar las condiciones de las mujeres, a poder darle un seguimiento, a poder hacer una fiscalización y comprobar cuáles son los cambios en la calidad de vida de las mujeres a partir de la responsabilidad en el ejercicio de la política pública que tiene el Estado.
– MMMP: Después de haber conversado con sus colegas guatemaltecos, ¿es posible pensar que en nuestro país se puede llevar adelante una iniciativa de esta naturaleza?
– MC: Yo creo que sí, y te lo voy a decir a partir de mi experiencia breve de intercambio con los legisladores. Primero, tenemos legisladoras en la Comisión de la Mujer, comprometidas con las mujeres de su país e interesadas por un proceso de presupuesto. En segundo lugar, tuvimos una reunión con el diputado Mario Taracena, presidente de la Comisión de Finanzas, que expresó su satisfacción y su convencimiento de poder llevar adelante esto, e invitó a las diputadas de la Comisión de Equidad a que presenten el proyecto que él apoyaría.
Nos hemos entrevistado hoy con el vicepresidente del Congreso, que también nos expresó la importancia de este presupuesto y la importancia de la participación de las mujeres en esta legislatura guatemalteca. También diría yo que nos hemos entrevistado con funcionarias que expresaron que se están haciendo esfuerzos desde hace algún tiempo por los presupuestos, y que esta experiencia mexicana puede ser de utilidad para concretar algunas de las cosas y de las acciones que en materia de presupuestaria se pueden hacer a partir del presupuesto que entrará en vigor en el 2010.
Entonces yo creo que hay muy buenas condiciones, nos vamos a reunir con la Primera Dama de este país para hacer un intercambio, vamos a poder platicar -por lo que tengo informado y desde mi país he leído- es una mujer muy comprometida con las mujeres de su país, yo creo que será una aliada extraordinaria para los fines que se están planteando.
– MMMP: A veces se hace cuesta arriba el camino. Las organizaciones de mujeres, las propias mujeres que están en partidos políticos, sienten que es muy difícil lograr esa equidad en la participación y en la representación. Usted que ha tenido una trayectoria política exitosa ¿Qué les dice a las mujeres para continuar el camino y no desfallecer?
– MC: Pues que tenemos ejemplos de mujeres extraordinarias que hace siglos iniciaron por nosotras una lucha que nos ha posibilitado a muchas mujeres estar donde estamos, y que nuestra tarea es seguir dando cobertura, abriendo brecha, perfeccionando políticas públicas, y luchando por el respeto de los DERECHOS DE LAS MUJERES, con mayúsculas.