Uno de los libros que, sobre los más recientes hallazgos científicos acerca del cerebro humano, han sido publicados durante la década presente, exhibe este título alarmante: «Use su cerebro, o piérdalo». Empero, tiene este subtítulo esperanzador, el cual sugiere que, aunque el cerebro envejezca, es posible preservar sus preciosas funciones. Los autores del libro son Allen D. Bragdon, y David Gamon. Ambos dirigen The Brainwaves Center (o Centro de Ondas Cerebrales). El propósito de esta institución es divulgar conocimientos científicos sobre el cerebro, que puedan contribuir a conservar y hasta mejorar las facultades mentales.
El cerebro humano es el objeto más complejo del Universo. Sus elementos más importantes son células denominadas neuronas. Un cerebro normal está compuesto por cien mil millones de neuronas. Cada una de ellas tiene una parte llamada axón, que emite señales eléctricas destinadas a otras neuronas; y una parte llamada dendrita, que recibe señales eléctricas, emitidas por otras neuronas. Cada neurona puede recibir señales de mil neuronas, y emitirle ese mismo número de señales a otras neuronas. Las señales pasan del axón de una neurona a la dendrita de otra, por medio de moléculas denominadas neurotransmisores, que flotan entre el axón y la dendrita. Una neurona no necesariamente emite la señal eléctrica que recibe, sino que, mediante un proceso todavía misterioso, vuelve a emitirla, o la retiene.
El cerebro interviene en cualquier proceso del organismo. Interviene, por ejemplo, en los procesos sensoriales. Precisamente todas las sensaciones son procesos cerebrales. Colíguese que realmente no es el ojo el que ve, ni el oído el que oye, ni el olfato el que huele, ni el gusto el que saborea, ni el tacto el que toca, sino que es el cerebro el que ve, oye, huele, saborea y toca. Adicionalmente, el cerebro es la sede de las facultades mentales superiores, entre ellas la maravillosa facultad de razonar, que preferentemente exhibe su esplendor en la demostración matemática.
Un primer hallazgo reciente sobre el cerebro humano es que puede producir nuevas neuronas. Un segundo hallazgo es que puede crear nuevas conexiones entre las neuronas. Un tercer hallazgo es que cada facultad mental, como la del lenguaje, no reside en una exclusiva y rígida región cerebral, sino que potencialmente puede residir en otra región. Un cuarto hallazgo es que una mayor actividad de las facultades mentales preserva la eficiencia que esas facultades tienen durante la juventud, e incrementa el tamaño de las neuronas y el número de interconexiones neuronales. Este hallazgo sugiere que si el cerebro se usa más, se gasta menos.
La actividad de las facultades mentales puede incrementarse con ejercicios. Por ejemplo, la percepción visual se ejercita con la búsqueda de sutilísimas diferencias entre imágenes que parecen idénticas. La memoria se ejercita con recordar pares de cosas arbitrariamente disímiles. La inteligencia se ejercita con resolver problemas lógicos (como encontrar las premisas de las cuales se deduce una conclusión). La facultad de aprender se ejercita con adquirir nuevos conocimientos científicos. La facultad de hablar se ejercita con emplear palabras para expresar relaciones denotadas por signos lógicos, matemáticos o químicos.
Use más su cerebro. Ejercítelo. No lo pierda.
Post scriptum. Ejercitar las facultades mentales es como ingerir un fantástico elíxir, que dota al cerebro de una salud tan prolongada como gratificante.