Los atascos viales



En cualquier lugar del mundo las obras de infraestructura que se realizan para mejorar la vialidad significan problemas durante el perí­odo de construcción y la población lo resiente aunque se conforma con la idea de que todo va a mejorar en cuanto se ponga en funcionamiento el proyecto. Sin embargo, siempre es deseable que la población cuente con ví­as alternas para que el problema no llegue a ser catastrófico y que el ritmo del trabajo sea acelerado para minimizar el impacto sobre los vecinos.

En el caso de la construcción del transmetro todo se ha complicado para la Municipalidad de Guatemala, puesto que no sólo no existen suficientes ví­as alternas sino que además hay considerable retraso en la ejecución de la obra. Por si ello no fuera suficiente, resulta que el Ministerio de Educación ha adelantado el ciclo escolar por el tema de las elecciones en septiembre y el resultado de ello es un anticipo de la época de mayor afluencia de vehí­culos en la ruta de la calzada Aguilar Batres y la Avenida Bolí­var, lo que constituye una complicación adicional.

Existe, además, una seria duda entre la población sobre el éxito del proyecto cuando entre en funcionamiento porque muchos consideran que al reducirse la cantidad de carriles en uno de los principales ejes viales de la ciudad, puede producirse un colapso permanente. El tiempo dirá si esas preocupaciones son fundadas, aunque lo cierto del caso es que existe de momento un problema grave para quienes trabajan en la ciudad y viven al sur o en municipios cercanos y tienen que ingresar por la calzada Aguilar Batres.

Esta mañana una empresa que tení­a el contrato para instalar una pasarela y que debió ejecutar los trabajos en horas nocturnas, provocó un embotellamiento gigantesco que causó enorme malestar en los vecinos. El mismo Vicealcalde se tuvo que hacer presente en el lugar para coordinar el esfuerzo, y pudo comprobar de primera mano el malestar de los vecinos. Si todo se supera cuando entre en funcionamiento el proyecto del transmetro, los guatemaltecos terminaremos pensando que valió la pena el sacrificio por duro que ahora nos resulte. Pero si ese proyecto no llega a cubrir las expectativas que tienen puestas en él las autoridades edilicias, puede ser que todo el tránsito metropolitano sufra las consecuencias en el mediano y largo plazo.

Suponemos que la Municipalidad agotó todos los estudios pertinentes y que no se trata de repetir aquellas experiencias de prueba y error que se dieron en administraciones recientes. Porque un proyecto de esta envergadura y que altera por completo la fluidez vial no puede quedar sujeto a ese tipo de procedimiento y debe rendir frutos cuanto antes, para aliviar una pesada carga que está afectando diariamente a cientos de miles de automovilistas y de personas que en toda clase de vehí­culos se desplazan por ese congestionado sector.