Después de varios meses sin saber sobre su suerte, familiares de nueve rehenes colombianos en poder de la guerrilla de las FARC, recibieron ayer pruebas de supervivencia en las que urgen al gobierno colombiano a avanzar en un canje humanitario por rebeldes.
Se trata de un video en el que aparecen siete policías y dos militares, algunos de ellos secuestrados desde hace más de 11 años por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas).
En el video aparece, entre otros, el general de la policía Luis Mendieta, el oficial de más alto rango en poder de las FARC, secuestrado el primero de noviembre de 1998 en la toma guerrillera a la población de Mitú, capital del departamento (provincia) de Vichada (suroeste), fronterizo con Brasil.
Con una voz lacónica, Mendieta aseguró que «en estos momentos estoy en plena libertad. Me están grabando, nadie me está diciendo qué tengo qué decir, nadie me está exigiendo cosas. Tengo la vigilancia normal de un establecimiento de este tipo», dijo refiriéndose al lugar donde se encuentra recluido en las selvas colombianas.
Así como Mendieta, otros militares y policías se dirigieron a sus familiares y en su mayoría aseguraron encontrarse bien, en medio de las dificultades del cautiverio.
En el video, de dos minutos de duración, el coronel de la Policía William Donato, que lleva once años en cautiverio dijo: «a pesar del tiempo sigo con el mismo entusiasmo y sigo luchando, porque ustedes padres me enseñaron que un hombre de bien siempre tiene dos vidas: una que sufre y otra que resiste».
La madre del oficial, María del Carmen se declaró «triste» al ver el estado en que se halla su hijo. «Realmente lo veo muy decaído y muy triste. No tuvo palabras para enviarnos un mensaje», señaló.
En otro video que sirve de fe de vida, y del que se infiere que fue grabado en el mes de abril, otro rehén, el sargento Arbey Delgado reclamó al gobierno de Alvaro Uribe de no buscar alternativas para su liberación y haberlos olvidado luego del rescate de la política Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y 12 rehenes más.
«Â¿Qué pasa con nosotros? ¿No somos seres humanos? ¿Acaso somos animales? Yo llevo 23 años al servicio del Estado y juré ante el Estado lealtad, pero el Estado hacia nosotros no ha respondido», reclamó el militar.
En conmovedores mensajes a sus familiares el resto de rehenes de las FARC los alentaron a seguir adelante y se comprometieron con éstos a resistir las difíciles condiciones del cautiverio mientras se dan las condiciones para su liberación.
El anuncio de las nuevas pruebas de supervivencia fue hecho el domingo por la senadora opositora Piedad Córdoba, mediadora de un canje y cuya presencia fue exigida por las FARC para la suspendida liberación unilateral de dos militares, anunciada desde mediados de abril.
Recientemente, en una carta a Córdoba, los rebeldes insistieron en un «canje de prisioneros», y reiteraron su anuncio de liberar al cabo del Ejército Pablo Moncayo -secuestrado hace 11 años- y al soldado Josué Calvo, capturado herido el 20 de abril. Sin embargo, el gobierno exige una liberación unilateral y simultánea.
Las FARC tienen en su poder a 23 militares y policías, de los cuales proponen canjear a 21 de ellos por cerca de 500 guerrilleros presos, en tanto que han ofrecido liberar unilateralmente a otros dos.