LETRAS Y CONCIENCIA…


Desde que se me ocurrió enviar cartas de opinión al Diario La Hora, manifestando mi sentir respecto a diversos temas me han llovido los calificativos de diversa í­ndole, desde resentido, vulgar, chavista, populista, vividor del gobierno, etcétera, pero pensaba en la memoria de grandes hombres que dejaron sus pensamientos plasmados no en cartas sino en excelentes consignas poéticas;  que quiero responder a mis lectores tomando  algunas letras de esos  grandes hombres que, incluso, ofrendaron sus vidas unos, y otros murieron lejos de esa patria que tanto amaron y que tanto dolor les causó, identificándome totalmente con cada uno de los versos, de las frases, de las palabras que esos verdaderos guatemaltecos nos dejaron como un recordatorio a nuestra conciencia de guatemaltecos, para que nunca olvidemos quiénes somos, de dónde venimos y qué es lo que queremos para nuestra patria Guatemala.

Rodolfo Santizo, A-1 747503

Escribí­a el gran Otto René Castillo: «Vámonos patria a caminar, yo te acompaño» «Desgraciados los traidores, madre patria, desgraciados» ¡Ellos conocerán la muerte de la muerte hasta la muerte! ¿Por qué nacieron hijos tan viles de madre cariñosa? Así­ es la vida de los pueblos, amarga y dulce, pero su lucha lo resuelve todo humanamente.

Por ello patria, van a nacerte madrugadas, cuando el hombre revise luminosamente su PASADO» (Otto René Castillo) y se lamentaba en la distancia el gran dramaturgo Manuel José Arce y cuando uno se da cuenta que las letras de hace más de tres décadas, son igual o peor ahora y uno como lo escribiera Manuel, no quisiera ser de este paí­s lleno de ví­boras y oportunistas acomodados que vociferan calificativos, pero que se hacen los babosos de la verdadera realidad de la patria. Manuel lo escribió hace más de 30 años y está tan vigente y reciente como el modelo del carro de aquel que sirve de lacayo al explotador de siempre: «Yo no quisiera ser de aquí­, yo amo mi paí­s y es un amor triste, infeliz, que me duele, que todos los dí­as tiene nuevas llagas, que siempre está más y más crucificado… Veo su historia de burlas crueles sangrientas». Qué realidad presente esconden estas letras: «Veo a sus moradores misérrimos, ignorantes, enfermos raquí­ticos, hambrientos?Veo su violencia progresiva galopante»?Y aún así­ algunos se atreven a cuestionar nuestra triste realidad que no es de hoy, quizás algunos pasaron de noche esa etapa o por la edad no la vivieron, pero jamás se les ocurra querernos distraer con sus calificativos faltos de seso. Y para finalizar a mi podrán llamarme resentido, que eso no es ningún insulto cuando sabemos dónde estamos parados y porque como lo señalara otro grande de nuestras letras Werner Ovalle López y con esto me despido por hoy: «Es por la sien izquierda que hablan todos los hombres. Centro de la palabra, clarí­n del pensamiento, nacimiento del sueño, corazón de la sí­laba. Es por la sien izquierda que hablan todos los hombres. El hombre de hoy, de siempre, debe tomar la izquierda y dejar a un lado los entusiasmos fósiles. Sólo así­ compañero, serás digno del mundo».

Con un saludo para los amigos lectores que me brindan el favor de sus comentarios y para los otros también, me obligan a responderles con argumentos no con falacias muchos de esos argumentos no los descubrí­ yo, la razón de la carta es conocer que ya otros mejores que yo, lo hicieron; con mejores letras y en peligrosas condiciones, nada ha cambiado.