Expertos en tirar la piedra y esconder la mano


Hay en el paí­s personajes que se especializan en guardar sus apariencias y presentarse como prototipo de la gente correcta, pero en el fondo no pasan de ser los que saben bien cómo tirar la piedra y esconder la mano. Un abogado que desde hace años mantiene esa tendencia es quien, tras votar por el voto secreto en las comisiones de postulación, se ideó la patraña de decir que la secretividad iba a servir para que los abogados que habí­an sido apoyados por los poderes ocultos, pudieran en el momento de la verdad votar a favor de la conformación de una Corte más honesta.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

Y les han vendido la idea a algunos que cándidamente se han creí­do que los que fueron electos con el apoyo de esos poderes ocultos están deseosos de sacudirse de tan nefasta influencia. Por fortuna hay un amparo provisional que deja sin efecto la tendencia al secreto, pero la lucha por supuesto no está totalmente definida y una prueba de cuán dura será es cabalmente esa forma en que están tratando de vestirse como niños de primera comunión los que ya tienen pactada la componenda que dará como resultado la misma mica y con la misma montera de lo que produjeron hace cinco años cuando algunos de ellos también conformaron las postuladoras.

Basta utilizar un poco de sentido común para desmarañar la patraña, puesto que los que fueron electos con el apoyo de los más tenebrosos sectores no aparecieron allí­ por casualidad, sino que por sus probados y comprobados ví­nculos y por la existencia de intereses comunes que les identifican. De esa cuenta, esperar que mediante el mecanismo de voto secreto van a traicionar a sus pares es en realidad absurdo, mientras que sí­ que es muy probable que los que presumen de honestos y se las llevan de primas donnas, tengan necesidad del voto secreto para realizar las componendas que les permitirán tener también su pequeña cuota de influencia en esa maraña que es nuestro sistema judicial secuestrado por los poderes paralelos.

El tema de la impunidad sigue siendo uno de los más graves en el paí­s porque sirve para proteger a los más pí­caros y a los criminales más terribles, en perjuicio de la población honrada. Por eso es que personas que han venido a Guatemala a luchar contra la impunidad ven con enorme sorpresa el comportamiento de algunos de los que se les han presentado como abogados honorables que están «en contra del sistema», pero que a la hora de rajar ocote cierran filas con los malos, con los que son responsables de esa cooptación del sistema de justicia, votando a favor del secretismo en las comisiones de postulación y no entienden ese argumento que usan para justificarse.

Porque los extranjeros han aprendido a ser menos cándidos que los chapines frente a esas formas de tirar la piedra y esconder la mano que desde hace varios años caracteriza a algunos que hasta tienen el tupé de pontificar utilizando espacios de prensa para bañarse en agua de rosas, no obstante su siniestra actitud.

El voto secreto sirve a los intereses espurios y lo apoyan quienes quieren evadir responsabilidades. Pero además de ellos, también lo apoyan quienes quieren seguir apareciendo como honorables pero ya tienen pactado un voto que serí­a causa de vergí¼enza y por lo tanto prefieren hacerlo en secreto.