Piedra lunar resultó ser un trozo de madera petrificada


FOTO LA HORA: AFP RIJKSMUSEUM

La supuesta piedra lunar expuesta en el museo holandés puede resultar un fiasco, pues se estudia si se trata de un trozo de madera.» title=»FOTO LA HORA: AFP RIJKSMUSEUM

La supuesta piedra lunar expuesta en el museo holandés puede resultar un fiasco, pues se estudia si se trata de un trozo de madera.» style=»float: left;» width=»250″ height=»390″ /></p>
<p>El Rijksmuseum de Amsterdam, que alberga una parte importante de la obra de pintores como Rembrandt y Vermeer, ha descubierto que lo que pensaba que era una piedra traí­da de la Luna en 1969 no es más que un trozo de madera petrificada, informaron ayer fuentes del museo.</p>
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El Museo Nacional de Holanda heredó la piedra en 1991 tras la muerte del ex primer ministro holandés Willem Drees, quien la habí­a recibido en 1969 de manos del embajador estadounidense en Holanda, William Middendorf, con motivo de la gira mundial realizada por los tres astronautas que conquistaron la Luna el 20 de julio de 1969.

«Cuando la recibimos, la aseguramos por 100 mil florines, unos 50 mil euros actuales», informó la redactora jefe de la publicación interna del museo, Xandra van Gelder.

Según los expertos, la piedra, del tamaño de una caja de cerillas, tiene un valor aproximado «de 50 euros», agregó Van Gelder.

El museo holandés fue alertado por un experto en cuestiones espaciales, que dudaba de que la NASA se hubiese desprendido, poco después del primer alunizaje, de una de las escasas piedras que se trajeron a la Tierra.

Geólogos y expertos de la Universidad de Amsterdam determinaron que la piedra en cuestión no procedí­a de la Luna. Este resultado fue confirmado posteriormente por un estudio microscópico de la presunta piedra, que sólo fue exhibida por el museo en dos ocasiones.

«Lo que también es raro, es que en 1969, cuando recibió la piedra, hací­a 11 años que Dress habí­a dejado de ser primer ministro», explicó Van Gelder.

El misterio de la piedra tiene pocas posibilidades de resolverse: el embajador Middendorf, octogenario, «no se acuerda de la historia» y es el único superviviente, según la responsable.