El Museo Nacional de Holanda heredó la piedra en 1991 tras la muerte del ex primer ministro holandés Willem Drees, quien la había recibido en 1969 de manos del embajador estadounidense en Holanda, William Middendorf, con motivo de la gira mundial realizada por los tres astronautas que conquistaron la Luna el 20 de julio de 1969.
«Cuando la recibimos, la aseguramos por 100 mil florines, unos 50 mil euros actuales», informó la redactora jefe de la publicación interna del museo, Xandra van Gelder.
Según los expertos, la piedra, del tamaño de una caja de cerillas, tiene un valor aproximado «de 50 euros», agregó Van Gelder.
El museo holandés fue alertado por un experto en cuestiones espaciales, que dudaba de que la NASA se hubiese desprendido, poco después del primer alunizaje, de una de las escasas piedras que se trajeron a la Tierra.
Geólogos y expertos de la Universidad de Amsterdam determinaron que la piedra en cuestión no procedía de la Luna. Este resultado fue confirmado posteriormente por un estudio microscópico de la presunta piedra, que sólo fue exhibida por el museo en dos ocasiones.
«Lo que también es raro, es que en 1969, cuando recibió la piedra, hacía 11 años que Dress había dejado de ser primer ministro», explicó Van Gelder.
El misterio de la piedra tiene pocas posibilidades de resolverse: el embajador Middendorf, octogenario, «no se acuerda de la historia» y es el único superviviente, según la responsable.