Claudia Navas Dangel
El contraste del azul jaspeado del lago, con el verde de los cerros y el rojo de los huipiles de las mujeres sanjuaneras, es un reflejo de vida. Hay vida en esas calles de adoquín, en esas paredes pintadas de historias, leyendas, recuerdos, identidad y anhelos, la hay en el mat´z humoso, en el andar sereno a veces, y otras apurado, de las personas camino arriba, entrando del muelle; en las plantas, en los recodos, en las sonrisas, en las manos, sí, las manos de las mujeres tz´utujiles, manos de artistas, tejedoras de ilusiones, perpetradoras de un linaje único, sostén de muchos, ejemplo para todos.
Y no exagero cuando hablo de ejemplo, de modelo, ya que las mujeres de San Juan han abierto brecha en el mercado nacional e internacional al perfeccionar su trabajo artístico, diversificándolo además, y sobre todo trabajando con respeto hacia el medio ambiente; determinadas a sacar adelante a sus familias y a forjar un futuro distinto para sus hijas e hijos, un mañana en el que la falta de educación no sea una limitante.
TIí‘ENDO POSIBILIDADES
Fue hace diez años cuando un grupo de mujeres se organizó y empezó a visitar a otras mujeres y familias del municipio para instarlos a separar la basura y limpiar las calles, «fue un trabajo arduo» recuerda Rosalinda Tay, hoy coordinadora de la Asociación de Mujeres Tejedoras con Tinte Natural, Lema´ (árbol de Hilamo), «apoyadas por la Fundación Solar hicimos un recuento de cuánta basura se producía por semana, por mes y por año en San Juan, «esto nos unió y fue así como decidimos formar una empresa sostenible con productos de alta calidad, con tintes naturales». Meta que lograron porque los tejidos que realizan se venden hoy en su sala de exhibiciones en San Juan, como en Nueva York y Alemania. Otro de los objetivos, comenta Tay, «era rescatar la cultura y tradiciones del pueblo Tz´utujil por medio de nuestro trabajo».
Y con esa misma idea en mente, las mujeres de Ixoq Ajkeem (mujer tejedora), otra organización de San Juan la Laguna, empezaron a trabajar juntas desde 1993. Rosario Ramos, tejedora de esta organización, agrega que al igual que las otras mujeres de San Juan trabajan en la elaboración de productos artesanales utilizando colores que se extraen de la corteza de árboles, verduras y semillas para fabricar tintes naturales, con los cuales crean diferentes diseños en los tejidos que realizan. Además agrega, «pensando en la conservación del medio ambiente utilizamos hilos reciclados de prendas usadas o que ya no se utilizan». También, explica Rosario, «tenemos un restaurante en el cual vendemos platillos típicos a quienes nos visitan».
Otra de las organizaciones que trabaja en la confección de tejidos de algodón, teñidos con los colores que la naturaleza otorga, es la Asociación Ixoquí Ajkeemaá, Escuela para aprender a tejer. Son 10 mujeres que siguiendo las enseñanzas de sus madres y abuelas hilan, urden y tejen huipiles propios de San Juan, manteles, blusas y muchos productos más en los cuales plasman su historia, sus sueños y toda esa naturaleza que rodea al lugar como el Rostro Maya, el lago y el bosque Panan.
Y como en la variedad está el gusto, la Asociación Artesanos de San Juan también elabora artesanías con telar de pie y telar de cintura. De acuerdo con Victoria Xojcom Mendoza esta fue la primera organización de mujeres que existió en San Juan la Laguna, formándose con la visión de unir esfuerzos para el beneficio económico a través de su trabajo, y para educar y cuidar a sus hijos y a sus familias. Actualmente son 58 socias las que venden sus productos localmente así como en Finlandia y Estados Unidos.
Quizá por esto es que el alcalde de este municipio, Flavio José Yojcom, afirma que las Sanjuaneras son el motor de este lugar, la fuerza que está cambiando la vida no sólo de ellas mismas, sino también del resto de los habitantes.
CIRCUITO CULTURAL
Y como en San Juan la Laguna la base de todo es la organización, la Asociación Comunitaria de Guías de Ecoturismo Rupalaj K´istalin (Rostro Cristalino), cuyo nombre responde a la montaña que cuida el lugar, realiza un circuito cultural que permite que quienes visitan San Juan conozcan las organizaciones de las mujeres tejedoras, así como a grupos de pintores y de conocedoras de plantas medicinales y a la Cooperativa Orgánica La Voz que Calma en el desierto, en donde se puede saborear un exquisito café orgánico. Es un paseo colorido e ilustrativo, que permite conocer más sobre las tradiciones, la cultura y el arte que se gesta en este pueblo Tz´utujil.
En cada visita a las asociaciones de tejedoras se puede apreciar el proceso que lleva la elaboración de un tejido, desde el corte del algodón, el hilado, el teñido y a la vez las distintas plantas que dan color a los textiles, el urdido, hasta el tejido de cada pieza, ya sea en un telar e cintura o de pie.
Caminar por las calles cuesta arriba de San Juan es ir descubriendo un espacio en donde la atmósfera es cristalina, acompañada de aire puro y calles limpias. Aquí puedo acceder fácilmente a cada una de estas asociaciones y conocer el significado de los murales que adornan las fachadas de muchas casas, al tiempo que narran la vida cotidiana de un lugar que está marcando diferencia respecto de otros: por su organización, su trabajo, su belleza y ornato y por supuesto por la sonrisa y atenciones que su gente tiene para quien tiene demasiadas preguntas, mucho asombro y sobre todo una profunda admiración por un pueblo que, pese a la adversidad y al conformismo que muchas veces impera en el país, se ha levantado y ha cambiado su destino.
HILOS EN EL VIENTO
Pero todo esto no ha sido una tarea en solitario, las distintas asociaciones de San Juan la Laguna se han visto acompañas en este proceso por varias organizaciones, como la Fundación Solar, USAID, el PNUD, Danida Premaca, Norad, Encadenamientos Empresariales, la Unión Europea y Agexpront, entre otras.
Ligia Rosales, de Agexpront, cuenta que esta institución ha venido trabajando con seis asociaciones del municipio en cuatro áreas distintas: como administración, servicios, comercialización y medio ambiente. En la parte administrativa y de servicios se ha trabajado en planes de negocios, prácticas operativas, conocimientos básicos de inglés con guiones interpretativos y paneles interpretativos, entre otros. En cuanto a comercialización, han trabajado en imagen, uno de cuyos componentes es la actualización de su página web la cual refleja el espíritu de colaboración en grupo que caracteriza a estas asociaciones, dándole lugar a cada una de ellas por medio de un logo interactivo que vincula a una descripción particular, manejando además una misma línea de diseño en la imagen de cada logotipo. También las han apoyado en la elaboración de etiquetas para los productos y en promover los tejidos en ferias importantes. En el tema de medio ambiente, agrega Rosales, «estamos pendientes de trabajar saneamiento ambiental y residuos sólidos».
Y en efecto, el apoyo que han recibido las mujeres gracias a esta institución es algo que, aseguran las Sanjuaneras, ha sido importante y determinante para alcanzar las metas que se han propuesto.
HAY MUCHO MíS
San Juan ofrece además la oportunidad de conocer el trabajado de comadronas y educadoras de salud en Q´omaneel (Manos que curan), en donde tienen un jardín de plantas medicinales que luego procesan para convertir en productos 100 por ciento naturales. Este lugar es utilizado a su vez como medio educativo en donde se enseña el uso tradicional de las plantas y se producen shampoos, pomadas, jabones, y tes, en otras cosas.
Hay otras instituciones como FEDEPMA (Federación de Pueblos Mayas), organización que trabaja con tintes naturales y tejidos. A lo largo de la cuesta que lleva hasta la iglesia católica de San Juan, que ahora se encuentra en reconstrucción, hay otras salas de exhibición de tejidos en donde es fácil apreciar el trabajado de las mujeres tz´utujiles.
Y hay otras personas que trasladan su cultura a través del arte, este es el caso de pintores costumbristas entre ellos, Angelina Quic, una sanjuanera que creó la perspectiva a vuelo de pájaro, una técnica que plasma en el lienzo los objetos y sus entornos cómo los vería un ave volando. Ellos y ellas, además, son quienes han dado color a muchas de las paredes de San Juan. Y aunque hay mucho más, con eso basta por hoy, de la naturaleza, la pesca, las aves e infraestructura turística hablaremos la próxima semana.
Flavio José Yojcom funge como alcalde de San Juan la Laguna en su segunda administración, él considera que el trabajo que las mujeres realizan en San Juan es vital para el desarrollo del municipio, por esta razón parte de su trabajo desde la Comuna ha sido cambiarle el rostro a San Juan para transformarlo en un municipio modelo, en donde el ornato y la tradición han sido elementos importantes. Afirma que han apoyado a las asociaciones brindándoles asesoría y apoyo económico algunas veces, para que puedan fortalecerse más y sigan siendo esas actoras de progreso, así como apoyando a niños, niñas y adolescentes con becas de útiles, uniformes y estudio, ya que ese es uno de los objetivos por los que las Sanjuaneras se han organizado, para mejorar la vida de sus familias.
Elaborar un rebozo, un corte de tela, un mantel o un gí¼ipil, lleva implícito un proceso largo en el cual la creatividad, las tradiciones y la paciencia juegan un papel muy importante.
1. Cortar el algodón
2. Sacar la semilla
3. Unir los pétalos de la flor
4. Suavizar con horquillas de madera
5. Hilar el algodón en el malacate
6. Teñir
7. Urdir los hilos mezclando los colores que se requieren para el diseño
8. Tejer la tela en el telar de cintura
El teñido
El teñido de los hilos es otro proceso aparte que empieza por recolectar hojas, frutos, semillas y cortezas, poner a hervir los materiales y esperar a que suelte el color, luego se debe colar el agua y ponerla a hervir de nuevo, introducir el hilo y cocerlo de 15 a 20 minutos, sacarlo, fijar el color y lavarlo para finalmente dejarlo secar.
Luego de ver todo el proceso, el cuidado que requiere colocar cada hilo en su lugar y el tiempo que lleva la manufactura de un tejido, no puedo dejar de pensar en que muchas veces al pedir una rebaja a unos precios ya de por sí bajos, si tomamos en cuenta todo lo anterior, somos muy injustos y desvaloramos un trabajo artístico en donde además esta bordada nuestra historia.
De acuerdo con Sara Senait, coordinadora de Manos Especiales, esta es una asociación de mujeres de San Juan y San Marcos La Laguna formada por madres de niñas y niños con discapacidad. El grupo está constituido por 15 artesanas que buscan mejorar la calidad de vida de sus familias a través de la atención de sus hijas e hijos en el Centro de Atención Maya Xequikasiwaan, al cual van aportar parte de los ingresos que obtengan con la venta de sus tejidos.