El atentado perpetrado el sábado por ETA en el aeropuerto madrileño de Barajas, su primera acción mortal en tres años y medio, obligará al presidente del gobierno socialista español, José Luis Rodríguez Zapatero, a clarificar su estrategia frente al grupo armado separatista vasco.
Tras este atentado «tan grave», la «energía y la determinación que tengo para ver el fin de la violencia, para alcanzar la paz es aún hoy si cabe mucho mayor», declaró el presidente del gobierno español durante una visita realizada hoy al lugar del atentado, aunque sin precisar los medios para lograrlo.
Rodríguez Zapatero prevé dirigirse al Parlamento para informar a los diputados sobre los detalles del atentado de ETA y también para explicar su estrategia antiterrorista, dijo hoy un portavoz de la presidencia.
Estos anuncios fueron efectuados horas después del hallazgo del cadáver de uno de los dos ecuatorianos dados por desaparecidos a raíz de la explosión de una furgoneta-bomba, el sábado por la mañana, en un estacionamiento de la terminal T4 del aeropuerto de Madrid-Barajas.
La poderosa descarga y las dos presuntas víctimas (los bomberos seguían hoy buscando intensamente el cuerpo de un segundo ecuatoriano sepultado bajo la montaña de escombros) hicieron volar por los aires el difícil proceso de paz iniciado a partir del «alto el fuego permanente» decretado por ETA el 22 de marzo pasado.
Tras haber anunciado en un primer momento que el proceso de solución del conflicto vasco estaba «suspendido», las autoridades españolas sepultaron finalmente, el martes, su intento de diálogo con el grupo armado.
Respondiendo a los reclamos del principal partido de la oposición, el Partido Popular (PP, derecha), el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, puso fin oficialmente al proceso al declarar que estaba «roto, liquidado, acabado».
La aclaración de la situación por parte de Rodríguez Zapatero ante el Parlamento, reclamada por el líder de la oposición conservadora, Mariano Rajoy, será la oportunidad para el jefe del ejecutivo de explicarse sobre la conducción de un proceso, del que fue el único guía, y de replantearse su estrategia frente a ETA.
La declaración de Rodríguez Zapatero «no es inminente», dijeron en la Moncloa, sede de la presidencia, porque espera «disponer de informaciones más completas para explicar lo sucedido», añadieron.
Oficialmente, la política antiterrorista llevada a cabo por el gobierno no varió ni un ápice en los últimos meses y el pacto antiterrorista, firmado entre socialistas y conservadores en diciembre del 2000 en plena ofensiva de ETA, sigue en vigor, subrayaron las fuentes gubernamentales.
En respuesta a los virulentos ataques del PP sobre el intento de diálogo con ETA, el gobierno socialista siempre se jactó de no haber realizado ningún gesto hacia la «banda terrorista».
En la anterior tregua de 1998-99, el conservador José María Aznar había ordenado el acercamiento de 200 presos de ETA al País Vasco.
Rodríguez Zapatero visitó hoy al mediodía a los equipos de emergencia y policiales que trabajan afanosamente apartando escombros en el estacionamiento del aeropuerto de Madrid-Barajas.
El presidente del gobierno se reunió ayer con las familias de las dos víctimas ecuatorianas y declaró a la salida del encuentro que «será hecha justicia» después de un atentado «criminal y perfectamente inútil».
El cadáver del ciudadano ecuatoriano Carlos Palate, hallado ayer a última hora de la tarde, será repatriado hoy hacia Ecuador en un avión militar, mientras fue ofrecida a los familiares de las víctimas la nacionalidad española.