Los demócratas asumen oficialmente este jueves el control del Congreso de Estados Unidos por primera vez en 12 años, decididos a pedir cuentas al presidente George W. Bush, en particular por su política en Irak.
Cerca de 500 legisladores -un tercio del Senado de cien miembros y la totalidad de la Cámara de Representantes de 435 escaños- juramentará hoy, casi dos meses después de la histórica elección legislativa del 7 de noviembre en la que los republicanos fueron abrumadoramente derrotados, en medio de un fuerte descontento de los electores con la guerra en Irak.
El vicepresidente Dick Cheney, en su calidad de presidente del Senado, será quien tome juramento a los miembros del Senado en una ceremonia prevista a las 17H00 GMT.
En la Cámara de Representantes el protagonismo lo tendrá la demócrata Nancy Pelosi, de 66 años, la primera mujer en asumir el cargo más alto del Legislativo.
En el Senado, un férreo opositor al actual ocupante de la Casa Blanca, Harry Reid, de 67 años, se convertirá en el líder de la mayoría. Joseph Biden, quien aspira a ser candidato en las elecciones presidenciales de 2008, dirigirá el Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
La agenda de la nueva mayoría demócrata estará dominada por el tema de cómo terminar con la creciente violencia sectaria en Irak y los errores del gobierno al iniciar esa guerra.
Este renovado Congreso iniciará sus sesiones en momentos en que Bush se prepara para anunciar un importante cambio en la política sobre Irak.
Según varios medios de prensa estadounidenses, Bush pretende incrementar las fuerzas en Irak con el envío de 9.000 a 40.000 soldados adicionales.
Pero el Congreso, ahora en manos de los demócratas, probablemente rechazará la medida.
Sobre todo, en momentos en que cada vez más estadounidenses rechazan la guerra y piden que las tropas estadounidenses retornen a su país.
Bush pidió una mejor colaboración con el nuevo Congreso el miércoles. «A todos nos han confiado cargos públicos en un momento trascendente de la historia de nuestra nación, y juntos tenemos cosas importantes que hacer. Es tiempo de dejar de lado la política y enfocarnos en nuestro futuro», dijo el mandatario.
Pero los demócratas aseguran que si Bush quiere lograr algo en sus últimos dos años en el cargo, deberá comprometerse.
«Los demócratas difundieron un mensaje de compromiso y ciertamente queremos trabajar con el presidente. Esperamos que cuando el presidente dice compromiso se refiera a a algo más que ’hacerlo a mi manera’, que es a lo que se ha referido en el pasado», dijo el senador demócrata Charles Schumer.
Pero todo indica que los demócratas, que recuperaron el control de ambas cámaras del Congreso tras 12 años de dominio republicano, pretenden usar plenamente su nueva influencia.
El presidente entrante de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Joe Biden, quien ya aseguró que se opondrá a un envío de más tropas a Irak, está organizando hasta 12 audiencias sobre la guerra de Irak, a las que la secretaria de Estado Condoleezza Rice ha sido llamada a testificar.
Incluso algunos republicanos en el Congreso se han manifestado contrarios a un aumento de las tropas estadounidenses en Irak.
El financiamiento de las guerras de Irak y Afganistán también será debatido en el nuevo Congreso.
La guerra en Irak cuesta cerca de 8.000 millones de dólares al mes, y ha hundido la popularidad de Bush. Pero ahora se convertirá el principal tema de enfrentamiento entre los legisladores demócratas y el presidente estadounidense, ante las elecciones presidenciales de 2008.