El dolor es la espina con la que el rosal de la vida nos cobra, el precio de su perfume.
César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com
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El combate contra el dolor fortalece nuestra alma y nos prepara para enfrentar retos más grandes.
El dolor es un ardiente horno en donde la voluntad del hombre valiente toma la dureza del acero.
Ningún dolor físico se compara al que produce en el alma la traición de un ser querido.
¡Bendito sea el dolor, porque nos permite demostrar la fuerza de nuestra mente y voluntad!
El dolor es el mejor amigo de los que luchan constantemente por superarse a sí mismos.
Cuando el dolor atormenta, nada lo alivia mejor que el bálsamo de la oración y la palabra de Dios.