Parece ser que para Mario Orantes, condenado por su complicidad en la ejecución extrajudicial a monseñor Juan Gerardi, la posibilidad de salir de la cárcel por medio de la libertad anticipada se va convirtiendo en una vela que se apaga lentamente.
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Lo anterior porque cuatro de los siete testigos que el sacerdote propuso como prueba de su trabajo religioso durante tres años en el Hospital Hermano Pedro no se presentaron a la audiencia programada para esta mañana.
Ante la incomparecencia de los cuatro testigos, la defensa de Orantes renunció a ellos, quedando como medios de prueba dentro del expediente, sólo los testimonios de tres de doce testigos que el sacerdote había propuesto. Eso dio lugar a que el juez Primero de Ejecución solicitara al Ministerio Público que se pronunciara respecto a sus conclusiones sobre el incidente presentado por la defensa.
La Fiscalía se opuso a la solicitud de redención de penas de Orantes, argumentando que existen contradicciones entre los informes del Sistema Penitenciario y el del Hospital Hermano Pedro, donde el religioso estuvo internado por tres años; el cual detalla que «no realizó ninguna labor».
Orantes fue condenado a 20 años de prisión por el delito de ejecución extrajudicial en grado de complicidad el 8 de junio de 2001. Su condena concluye el 13 de junio de 2019; no obstante, solicitó su libertad anticipada por medio de la redención de penas, la que puede optar tras haber cumplido la mitad de su condena, la que concluyó el pasado 14 de junio, según información del juzgado Primero de Ejecución Penal.