El Hospital Infantil Elisa Martínez, agobiado por el dengue y viviendo de arrimado y olvidado, llama la atención de los medios y de las autoridades esta semana. Era de esperarse que ante una emergencia, una crisis de esta naturaleza se presentara.
El hospital fue ubicado tras una decisión equivocada en un área equivocada, un lugar construido para bodega en la parte trasera del hoy llamado Hospital de la Amistad Guatemala-Japón y que anteriormente era conocido como el Hospital Kjell Laugerud. En contra de la opinión de médicos y del sindicato, el Hospital Infantil fue «instalado» en ese lugar hace más de dos años aduciendo en su inicio, como se suele decir en Guatemala, que «era sólo para mientras»; el «sólo para mientras» se debía a que el viejo Hospital de la 14 calle que funcionó como tal desde 1948 estaba remodelándose, otro término ambiguo, que en Guatemala no siempre se sabe qué significa y si es para bien o para mal.
Hoy por hoy las áreas de encamamiento, servicios de apoyo y administración con las que actualmente cuenta, son instalaciones más bien virtuales que reales y esto con la epidemia de dengue se hace notar más. El Hospital está fuera de su capacidad física tras la explosión de casos en Izabal varias semanas atrás. La epidemia continúa sin que se vea una reacción efectiva de las autoridades de salud y la visita del Vicepresidente de la República el pasado miércoles no significa necesariamente que el problema esté solucionado porque sin ninguna duda sus declaraciones reconociendo que existe un problema tampoco implican que se estén dando soluciones. Se han reportado dos fallecimientos entre dieciocho casos ingresados el fin de semana anterior y en este momento el número de ingresos se duplica. La lucha contra el mosquito transmisor de él, Aedes aegytpi, no está siendo efectiva, eso es clarísimo por insuficiente personal en el área de salud encargada de la fumigación y también por la poca disponibilidad del insecticida empleado. Comparativamente en este último mes la plaga de mosquitos en el área de Puerto Barrios y Santo Tomás de Castilla es cuatro veces mayor que lo que se había observado en los mismos meses el año pasado.
Como un dato interesante en los anales de la colonización belga el doctor J. Fleussu uno de los médicos que vinieron a Santo Tomás de Castilla, durante la inmigración belga en 1843 a mediados del siglo XIX, destaca que la plaga de mosquitos diezmó a la población residente y fue uno de los factores importantes para que los europeos abandonaran la colonia. Para mí esto fue una desgracia para Guatemala. En una extensa parte del área norte de nuestro territorio incluido Petén y Belice -que sería nuestro-, estaríamos hablando en español y en francés además de tener las ventajas de recibir las bondades del intercambio económico y cultural con Bélgica y los Países Bajos. Por momentos me hace pensar en lo que nos perdimos por no haber estado gobernados por verdaderos estadistas que supieran incentivar la colonización y, motivar al Gobierno de su Majestad Leopoldo para cumplir con los términos con que se inició la colonización.
Volviendo al Hospital Infantil, fue iniciado por doña Elisa Martínez de Arévalo, quien viajó a Puerto Barrios en 1948 a fundar un comedor infantil y sobre la marcha decidió que fuera transformado en hospital cuando una mujer con un niño gravemente enfermo en brazos la abordó en momentos en que subía al avión y le entregaba a su niño para traerlo a la capital, lo cual conmovió a la Primera Dama.
El hospital actualmente cuenta con equipo donado por el Japón para la Unidad de Cuidados Intensivos que originalmente iniciamos en mayo de 1996 cuando fui Director del hospital, al tiempo que lanzábamos el programa de Intercambio de Pediatras con el Hospital Roosevelt, proyectos que redujeron drásticamente la mortalidad con números a la vista al mejorar notablemente tanto la atención como la parte académica. Las instalaciones actuales no permiten manejar un espacio físico adecuado para un Intensivo y tampoco para un írea de Aislamiento. Todo esto permite señalar que es importante que el Hospital Infantil sea trasladado a la mayor brevedad posible a sus instalaciones originales que supuestamente deberían haber estado remodeladas hace más de un año. A veces lo malo tiene su lado bueno, esperamos que la actual emergencia sirva para urgir a las autoridades a trasladar el hospital a su lugar definitivo.
Addendum:
Ante la emergencia que se está viviendo en varios departamentos de oriente en cuanto al elevado número de casos de niños severamente desnutridos, ante la carestía de granos básicos, los bajos ingresos familiares y otros factores epidémicos de la desnutrición, como sucedería en cualquier otro lugar del mundo las autoridades responsables que lo permitieron sin haber previsto el problema ante todos los anuncios de lo que iba a suceder, deberían de haber renunciado o bien haber sido destituidos por tratarse de una acción criminal. Si la responsabilidad es de los funcionarios del Ministerio de Agricultura, el Ministro y sus subalternos responsables deberían ser removidos y si la responsabilidad es de otros funcionarios igualmente. Al Secretario de Seguridad Alimentaria Dr. Juan Rodolfo Aguilar León lo conocemos por persona capaz y responsable; debería el doctor Aguilar para salvar su buen nombre, dar a conocer con todo lujo de detalles quién tiene que cargar con la culpa de esta falla institucional y de gobierno.