Una diferencia anatómica en el cerebro, susceptible de aparecer durante el tercer trimestre del embarazo, explicaría por qué ciertos pacientes esquizofrénicos oyen voces dentro de su cabeza y otros voces que provienen del exterior.
La esquizofrenia afecta a un 1% de la población mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las alucinaciones auditivas verbales, es decir la percepción de voces, es uno de los síntomas frecuentes, ya que 70% de los pacientes esquizofrénicos lo padecen, subraya un comunicado conjunto de un laboratorio de la Comisión de Energía Atómica francés y la Asistencia Pública Hospitales de París.
Luego de demostrar, hace un año, que este fenómeno vinculado a anomalías anatómicas en el conjunto de las regiones del cerebro implicadas en el lenguaje, un equipo de investigadores del laboratorio CEA-Inserm y de psiquiatras hospitalarios quiso comprender por qué la percepción de voces difiere, explicó ayer Arnaud Cachia, del Servicio Hospitalario Frederic Joliot, asociado al CEA-Inserm de la ciudad de Orsay.
Existen dos tipos de alucinaciones auditivas en la esquizofrenia: aquellas en donde los pacientes escuchan voces en sus cabezas o aquellas en donde las perciben como provenientes del exterior.
Comparando, gracias a las imágenes por resonancia magnética (IRM), la anatomía del cerebro de las personas que no padecen la enfermedad y las de dos grupos de pacientes esquizofrénicos (12 que escuchan únicamente voces del exterior y 15 que las escuchan en el interior), los investigadores pusieron en evidencia una diferencia en la región implicada en la localización espacial del sonido (corteza temporoparietal del hemisferio derecho del cerebro).
Descubrieron una anomalía que concierne la unión entre dos surcos del córtex: el surco temporal superior y el surco angular. Con respecto a los sujetos sanos, la unión está desplazada hacia adelante del cerebro para los pacientes que escuchan voces exteriores y por el contrario hacia la parte trasera del cerebro para los que las escuchan en el interior de sus cabezas, según el estudio publicado a principios de agosto por la revista Schizophrenia Bulletin.
Esta diferencia podría, según los investigadores, indicar la existencia de «desviaciones en la maduración del cerebro», durante el tercer trimestre de embarazo, cuando estos dos surcos aparecen, para luego conectarse.
Si un «fenómeno tan subjetivo e íntimo como la localización de las voces» se traduce por una diferencia en la anatomía del cerebro, es, señalan en el comunicado, «un argumento adicional para dejar de estigmatizar a los pacientes afectados por esta enfermedad que aun se conoce mal».