El Trabant resucita en su versión eléctrica


El sacerdote Imre Kozma, lí­der del Servicio de Caridad de Malta en Hungrí­a, utiliza un viejo Trabant, sí­mbolo de la antigua Alemania comunista. FOTO LA HORA: AFP FERENC ISZA

Veinte años después de la caí­da del Muro de Berlí­n, el ruidoso Trabant, vehí­culo sí­mbolo de la República Democrática Alemana (RDA), resucita con una versión eléctrica cuyo prototipo será presentado en septiembre en el Salón del Automóvil de Francfort.


El modelo «Trabant NT» o «new Trabi», heredero del auto que los alemanes del este llamaban afectuosamente «Trabi», será presentado el 17 de septiembre con todos los honores por su diseñador, el fabricante de repuestos Indikar asociado a un fabricante bávaro de modelos de miniatura, Herpa.

El «Trabi» de antaño tení­a una carrocerí­a de material sintético, desde su caño de escape emanaba un olor desagradable y sólo alcanzaba una velocidad máxima de 120 km por hora. Sin embargo, era el único vehí­culo que podí­a comprar la mayorí­a de los alemanes del este, siempre que estuviera entre diez y quince años en la lista de espera.

El nuevo «Trabi» conserva las formas cuadradas de su antecesor, pero será mucho más ecológico.

«Será un vehí­culo eléctrico con el techo de paneles solares, destinado a la ciudad y a los pequeños trayectos», indicó el director de Indikar, Ronald Gerschewski, a la prensa de Sajonia (este), donde está establecida su empresa y donde nació el primer Trabant, en 1957.

«En el interior, habrá conexiones para un navegador satelital, teléfono celular y un I-Pod», precisó.

«No será un modelo retro, no queremos apegarnos a la «Ostalgia»», la nostalgia de la RDA, asegura Indikar. El nuevo «Trabi» se concibe más bien como una «novedad verde y refrescante» con una autonomí­a de 250 km.

No obstante, su comercialización todaví­a es hipotética.

IndiKar y Herpa sueñan con lograrlo en 2012, pero aun no tienen inversores para financiar el proyecto. Apuestan a este Salón de Francfort para encontrarlos y producir luego en serie.

Herpa, que obtuvo los derechos de la marca «Trabant» luego de caí­do el Muro de Berlí­n, construyó el modelo reducido del mí­tico auto, que tuvo un gran éxito. Esto le dio la idea de darle una segunda vida al único y mí­tico vehí­culo fabricado en la RDA.

El fabricante bávaro habí­a evocado su proyecto en 2007 en el Salón del Automóvil de Francfort. De las 11.500 personas interrogadas, 93% apoyaban la idea de crear un Trabant moderno y muchas dijeron estar dispuestas a comprar uno, según Indikar.

En la actualidad, los viejos Trabant casi desaparecieron de la circulación.

Tres millones de ejemplares de color beige, celeste, verde oliva, amarillo mostaza y rosa bombón fueron producidos en las fábricas de VEB Sachsenring Automobilwerke Zwickau, pero sólo unas decenas de miles están aun inmatriculados.

El primer vehí­culo salió de la fábrica de Zwickau, en Sajonia, en 1957. El Trabant continuó produciéndose hasta 1991, dos años después de la caí­da del muro.

Los nostálgicos organizan regularmente manifestaciones de «Trabi» en Alemania, a las que asisten coleccionistas, admiradores y curiosos.

En Berlí­n se realizan incluso visitas guiadas en Trabant. Varias unidades circulan una detrás de otra por un itinerario establecido y comentado por un guí­a que va sentado en el primer auto de la caravana.

En ocasión de los 15 años de la reunificación alemana en 2005, un modelo único fue realizado y subastado: el «Gobbi», que uní­a la parte delantera de un Volkswagen Golf y la parte trasera de un Trabant para simbolizar la unión de dos sí­mbolos, uno del Oeste y otro del Este.