La aptitud natural es un vehí­culo que no sirve de nada si no se pone en movimiento.

La grandeza humana se constituye sobre cimientos de esfuerzo del hombre y ayuda divina.

Triunfo: Trofeo de gloria para los que caen, se levantan y siguen peleando con más entusiasmo.

Muchos se conforman con pequeñas victorias; los campeones, con grandes hazañas, como su mente y corazón.

Un hombre enamorado del triunfo, se informa, analiza y resuelve todos los problemas inteligentemente.

Para alcanzar la cumbre del éxito, asesórate del triunfador por excelencia: Dios.