Los mosquitos que llegan a las Islas Galápagos en los cada vez más numerosos aviones y barcos turísticos, amenazan a las especies únicas de este archipiélago, según un estudio británico-ecuatoriano publicado el miércoles, que advierte sobre el riesgo de «desastre ecológico».
Sus autores temen que las enfermedades que transportan estos insectos -como el virus del Nilo occidental o la malaria aviar- puedan ser letales para tortugas gigantes, iguanas marinas y otras especies de este archipiélago ecuatoriano protegido del Pacífico, precisan en la investigación publicada en la revista británica Proceedings of the Royal Society B.
Según el estudio, el mosquito doméstico del sur (Culex quinquefasciatus), que fue visto por primera vez de forma aislada hacia 1980, llega ahora a las Galápagos a diario, aunque todavía en pequeñas cantidades, en el creciente número de aviones procedentes de Ecuador y se expande gracias a las embarcaciones que llevan a los turistas de isla a isla.
Los científicos temen que la propogación de este tipo de mosquito tenga los mismos efectos devastadores que tuvo sobre varias especies de aves, entre ellas los mieleros petirrojos, cuando fue introducido en el archipiélago estadounidense Hawai a finales del siglo XIX.
«Pocos turistas son conscientes de la ironía de que su viaje a las Galápagos puede aumentar el riesgo de desastre ecológico», declaró el científico de la Universidad de Leeds, Simon Goodman, que participó en la investigación con homólogos de la Sociedad Zoológica de Londres, la Universidad de Guayaquil, el Parque Nacional de las Galápagos y la Fundación Charles Darwin.
«Que no hayamos visto todavía impactos de enfermedades graves en las Galápagos es probablemente sólo cuestión de suerte», agregó.
El turismo es la principal fuente de ingresos de estas islas que inspiraron la teoría de la evolución de Charles Darwin, y ayuda a financiar el Parque Nacional y la Reserva Marina que protegen su fauna y flora. Pero el número de visitantes se ha disparado en los últimos años, pasando de 41.000 anuales en 1991 a más de 160.000 en la actualidad.
Las Galápagos fueron declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad hace tres décadas, pero en 2008 fueron incluidas en la lista de reservas en riesgo por el ingreso de especies invasivas y el alto impacto del turismo.
Para evitar la propagación de los mosquitos, las autoridades ecuatorianas dispusieron recientemente que todos los aviones con destino a las Galápagos deben ser tratados con insecticidas, pero los científicos afirman que aún es pronto para medir los efectos de esta medida.
«Con un crecimiento tan rápido del turismo, el futuro de las Galápogos pende de la capacidad del gobierno ecuatoriano de mantener una estricta protección de bioseguridad para las islas», concluyó Simon Goodman.