Gracias a Dios que la libertad de expresión está limitada para su sobrevivencia administrativa a algunos intereses económicos, digo así porque la negativa que he recibido de publicar mis opiniones en los diarios escritos y en sus blogs, me ha dejado más tiempo para que me dedique a otras cosas, amén que me están asegurando que prolongue un poco más mi existencia, ya que en este valle de lágrimas nada es seguro.
La única excepción en mantenerme abiertas las puertas ha sido La Hora, aunque a veces por temporadas me corta el agua en la parte escrita, talvez porque las otras opiniones que recibe son más interesantes que las mías y también por falta de espacio, pero me mantienen vigente aunque sea de cuando en cuando. Ahora en lo que respecta al blog de este diario, me publican más del 90 % de mis opiniones.
Entrando en materia sobre las dificultades que afronta la libertad de expresión, siempre me he preguntado quien a la larga resulta ser el responsable del amordazamiento de la prensa con el fin de coartar la libre emisión del pensamiento, y a la respuesta que siempre llego es que, la responsabilidad principal recae en la prensa misma, pues tratando de mantener esas libertades, le abre el camino a los que engrandecen a personajes o sistemas que tarde o temprano la conculcarán.
Si quiere hacer la prueba, escriba un artículo que le haga alguna crítica a Chávez o a otros dictadores que han conculcado la libertad de expresión. Si tiene espacio para opiniones en Internet el diario que se la publica, inmediatamente obtiene cientos de opiniones defendiendo esos sistemas y sus servicios sociales.
No me tome la palabra, haga usted un análisis quitándose los anteojos rojos si es que los usa para caminar por el mundo y se dará cuenta, que si no tengo la razón en un cien por ciento, hay mucho de verdad en lo que digo.
Gran parte de los columnistas escriben y engrandecen los logros en ciertos aspectos sociales, pero si se da cuenta que esos servicios sociales son la trampa para la corrupción o para ir abriendo el camino de la permanencia en el poder, ni lo menciona por el miedo al que dirán, pues hasta lo acusarán que se opone a esos programas porque nunca ha aguantado hambre o cualquier otra expresión populista.
El lector lee a diario las bondades de esos regímenes, por escritores que se aprovechan de la libertad de expresión de las democracias, siendo como la gota que horada la roca, pero nunca mencionan la conculcación de las libertades, por lo que el lector llega a formarse la idea que la solución a todos los males es cambiarse a ese sistema, lo cual logran inicialmente mediante elecciones limpias, después amañadas y por último cuando la roca ya está horadada, no necesitan ni robarse las elecciones, pues está hasta el  pensamiento del elector a merced del tirano.
Por eso siempre he dicho, que en nombre de la libertad, hay aprovechados que ayudan a subir al poder a los que tarde o temprano conculcarán la libertad.