(Fragmentos, inédito)
Allan Mills
6:04 p.m.:
Conozco otro pueblo, uno donde los niños ríen al caer la noche, están bien muertos pero risa y risa, travesean con los chuchos que nunca tuvieron, se han echado encima una sábana de tierra que saben quitarse para soltar sus barriletes etéreos, allá las mutiladas de Juárez y Guatemala ofician como sus nanas, ellas tampoco reconocían ese inframundo donde los críos reirán durante los amaneceres que faltan, sí, ya han hecho amistad con pequeños ultrajados de Basora y se enmascaran en juegos inauditos, Sabino cuenta que le bayonetearon los fetos a sus primas, Sabino se escondía bajo cadáveres, y después caminaba hacia Chiapas escapando de los kaibiles que querían inflarlo a puro amor, tal maraña trae gemas que rigen nuestro desvelo, conozco este pueblo, ahí han organizado la Gran Fiesta a la que todos deseamos ir, enclave de sombras al que una helada fiebre le borró la cara, hoy es sólo enorme herida, vapores, y ya sabemos las diversas maneras de escuchar al Corazón del Cielo o de no hacerlo, sí, fue la huesuda quien se llevó esos versos que adornaban la plaza, sí, sólo el ruido interpretaría con soltura la cantidad de silencio que expele una aldea fantasma, por eso la risa confiada de los niños al anochecer, por eso juegan entre el limo y no miran su sangre, esto va a persistir, nuestro destino es manifiesto, lo dice con llanto el Corazón del Cielo.
Ahí te siento
Oh, pero yo no lo sé, treparse a una montaña es como acariciarle los rincones a mi personal Jesús, y todo este verde tiene que ver con el agua y tus brisas benditas, ahora recuerdo cuando bajé al río y las mujeres pensaban que yo era otra hembra, pues mis cabellos estirábanse como una carretera muy blanda, después sonrieron enrojecidas al sospecharme el macho, diosita: ellas saben que propagaré las tribus más allá de la frontera que esta esperma ha construido, diosita: pensé mucho acerca del vacío de dios en aquel silencio de la noche, hoy sé que tienes cierta manera de llamarle al deseo, mi personal Jesús: gracias a tu ausencia intuí que de aquellas montañas va resbalando el hormigón que amasija los bares y nuestros castillos rave, nuestro éxtasis lo trae el polvo de los muertos que olvidamos y se vende en los Megatemplos, ese tipo de cosas he ido pensando mientras canto en silencio para ti diosita mía, ¿me dibujás algo?, bah, ya no te amo: a) el amor muere por diversas causas y simples b) la fe es algo que reviene a falta d’orgasmos c) mi nombre se logra combinando valores lejanos.