PANAL DE GRANDEZA


Los problemas son como las abejas: amenazan y son ruidosos, pero sólo para producir mucha miel.

César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

Como el dí­a sigue a la noche, y la primavera al invierno, la felicidad viene después del dolor.

En el mar de la aflicción hay que ser como el corcho que se moja, pero jamás se hunde.

El sufrimiento y la alegrí­a son compañeros inseparables; aceptar esta verdad es sabidurí­a y madurez.

La adversidad es como una enfermedad: doblega a los débiles, pero inmuniza y fortalece a los fuertes.

La dicha es un bien cuya factura se paga por adelantado en forma de dolores, lágrimas y caí­das.

Todos tenemos contratiempos, pero sólo los hijos de Dios los vencen y los usan para su propio beneficio.