Alemania, con unos niveles récord de exportaciones, industriales optimistas, grandes progresos en la disciplina presupuestaria y mejoría del mercado laboral, ha vuelto a convertirse en la locomotora económica de la zona euro.
«Nada parece que pueda detener la reactivación económica alemana. Ni siquiera el alza prevista del impuesto al valor añadido (IVA) a partir del 1 de enero de 2007, que pasará de 16% a 19%», escribió con asombro esta semana el diario Le Monde, de París.
Ese masivo aumento de impuestos indirectos, el mayor en la historia de Alemania, que lastra fuertemente el estado de ánimo de los consumidores, según el nuevo índice GfK. Pese a todo, varios institutos de investigación económica han revisado al alza sus pronósticos de crecimiento para 2007.
El gobierno alemán, que hasta ahora estimaba en 1,4% el incremento del Producto Interno Bruto (PIB) para el nuevo año, no tardará en corregir esas previsiones al alza, según anunció el ministro de Economía, Michael Glos.
La fase de pesimismo de los consumidores será menos prolongada de lo que se temía inicialmente, según el instituto GfK, que invocó la influencia positiva del mercado laboral y la fuerte reactivación económica.
La ampliación de la Unión Europea (UE) a 27 miembros tendrá un impacto positivo sobre la economía alemana, que se traducirá en un aumento de 1% de su PIB a largo plazo, según un estudio encomendado por el ministerio de Economía.
El índice Ifo, que refleja el clima de los negocios y es considerado como un indicador fiable de la evolución de la coyuntura alemana, registró este mes su más alto nivel desde la reunificación, hace 16 años.
«La economía alemana registra un auge extraordinariamente fuerte, nunca visto desde 1990», declaró en su comunicado el presidente del instituto, Hans Werner Sinn.
Este aumento permite vaticinar un crecimiento robusto en 2007. En octubre, Alemania registró un excedente comercial de 17.300 millones de euros, nivel récord desde la reunificación, pese al vigor del euro frente al dólar.
Más allá de las exportaciones, la evolución de las inversiones industriales y una tímida reactivación del consumo privado han revitalizado la economía.
El mercado laboral también se benefició de este auge. En noviembre la cifra de desocupados cayó por debajo de la barrera psicológica de los 4 millones de personas sin empleo que se mantenía desde el gobierno de Gerhard Schroeder.
Finalmente, las finanzas públicas han mejorado «mucho más rápido de lo se pensaba al principio», subrayó un reciente estudio Standard and Poor’s.
Alemania va a regresar rápidamente a los límites prescriptos por el pacto de estabilidad de la zona euro, que limita los déficits públicos al 3% del PIB, algo que no cumplía desde 2002.
No conforme con esto, la canciller alemana Angela Merkel anunció que continuará el año próximo con su programa de profundas reformas.
«Para salir airosos frente a la competencia mundial, tenemos que impulsar reformas estructurales, tanto a nivel europeo como nacional», escribió Merkel en una columna aparecida el viernes en el diario económico alemán Handelsblatt.
Además, en materia energética, «Europa deberá reducir su dependencia para asegurar su abastecimiento a largo plazo. Este es un mandato de índole económica, pero ante todo por razones políticas para garantizar la seguridad y la paz» en el bloque de «los 27» afirmó la canciller alemana, que este 1 de enero asume la presidencia de la UE y del G8.
Después de varios años de ser considerado como el «niño con problemas» de Europa, Alemania vuelve a dinamizarse y esto no es por casualidad, afirma Holger Schmieding, economista del Bank of America.
«Alemania recoge los resultados positivos de cinco años de cura para estar en forma, en su penosa marcha por recuperar la salud», subrayó el experto, con moderación salarial, reforma del mercado laboral, y esfuerzos de las empresas para volver a ser competitivas, al precio de fuertes reducciones de personal.