ROSTRO DE PRINCESA


El viento alborotaba la rizada cabellera de Evalinda Márquez, y se lleva sus enamorados suspiros, mientras caminaba tomada de la mano de su novio, un apuesto e inteligente muchacho de su edad.

César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

Este, la dejó en una alameda próxima a la lujosa vivienda en la que la chica viví­a, no sin antes insistirle en que le permitiera entrar a conocer a los padres de ella, y así­ formalizar su relación.

Pero ante la alarma que se reveló en el rostro de la hermosa joven, su amado ya no dijo más; se conformó con observarla desde lejos, mientras abrigaba la esperanza de casarse con ella.

Evalinda ingresó a la mansión; acto seguido, se despojó de las caras prendas de vestir de las hijas de su patrona y se puso su uniforme de sirviente.

SI QUIERES PAZ Y FELICIDAD, VIVE CON TOTAL HONRADEZ.