Las negociaciones entre Rusia y Bielorrusia sobre las tarifas del gas se encontraban estancadas hoy, al acercarse el plazo límite impuesto por Moscú para cortar el gas a Minsk, lo que podría afectar el suministro de Europa Occidental.
Polonia, que depende en un 40% de Rusia para su aprovisionamiento en gas, toma muy en serio el riesgo de una crisis entre Rusia y Bielorrusia, aun cuando a corto plazo su consumo no está amenazado.
Para Pawel Kowal, viceministro polaco de Relaciones Exteriores, una eventual interrupción del suministro por parte del gigante ruso del gas, Gazprom, sería también «una amenaza» para Polonia.
Bielorrusia, por donde transita aproximadamente el 20% del gas ruso hacia Europa, sobre todo hacia Alemania y Polonia, amenazó ayer con interrumpir sus entregas si Moscú le cerraba las válvulas.
«Los contactos continúan», declaró el portavoz de Gazprom, Serguei Kouprianov, quien indicó que un representante bielorruso se encuentra actualmente en Moscú y se negó a dar más precisiones.
Bielorrusia debe renovar antes de cuatro días su contrato de gas con Gazprom y si no hay un acuerdo la compañía rusa advirtió que le cortará el suministro el 1 de enero a las 10:00 de Moscú.
El tono en las relaciones entre Minsk y Moscú no ha cesado de subir desde el fracaso de las negociaciones el martes sobre un alza del precio del gas, que debe pasar de 46 dólares a 200 dólares los 1.000 m3.
Pero Gazprom, que no oculta sus ambiciones concernientes a Beltransgaz, la empresa pública que administra la red de gasoductos bielorrusos, propuso rebajar los precios a 105 dólares los 1.000 m3, amortizando el total con la adquisición del 50% del grupo bielorruso.
La prensa rusa estimaba hoy que el presidente bielorruso Alexandre Lukachenko, aislado por Occidente, terminaría por ceder a las exigencias del gigante del gas ruso y por aceptar un alza del precio, para evitar sanciones económicas más graves de parte de Moscú.
Minsk, ligado a Rusia por un tratado de unión, «prospera gracias a las subvenciones rusas» que se traducen especialmente en los bajos precios del gas, señala el diario Izvestia.
De su lado, Nezavissimaia Gazeta predice que «la firmeza del presidente bielorruso corre el riesgo de convertirse en un bloqueo económico para su país».
«Las conditiones de Gazprom son correctas y Minsk terminará por aceptarlas», señala el analista Valeri Nesterov, del banco de inversiones Troika Dialog, citado por el diario económico Vedomosti, que advierte sobre la inminencia de una «segunda guerra del gas».
«Aun cuando Lukachenko es imprevisible, no aguantará demasiado en un conflicto con Rusia», contrariamente a Ucrania, que se encontró en la misma situación en enero de 2006, señala una fuente en el Kremlin citada por Vedomosti.