Sonia Sotomayor se apresta a convertirse en la primera juez hispana de la Corte Suprema de Estados Unidos, cuando el martes la comisión judicial del Senado traslade su nominación al pleno, donde se augura que será ratificada antes del receso legislativo de agosto.
Sotomayor, la candidata de familia puertorriqueña y trayectoria destacada del presidente Barack Obama, tiene asegurados los 60 votos que necesita para ser ratificada, gracias a la mayoría que detentan los demócratas, pero inclusive varios republicanos han manifestado la intención de votar a su favor.
«Ella estará en la Corte cuando la Corte Suprema vuelva a instalarse en septiembre», luego de su receso de verano, afirmó el jefe de la comisión legislativa del Senado, Patrick Leahy, al término de cuatro días de arduo interrogatorio de los legisladores a Sotomayor, hace dos semanas.
El martes se espera que la comisión vote a favor de pasar la nominación de Sotomayor al pleno del Senado, donde puede ser ratificada a partir de ese momento y antes del inicio del receso de un mes, el 7 de agosto.
Leahy predijo que la votación en el pleno del Senado será «muy alta» a favor de Sotomayor y que tanto el líder demócrata de esa cámara, Harry Reid, como el republicano, Mitch McConnell, acordarán que el debate sea breve.
«No habrá un solo senador que no sepa cómo votará antes de que el debate comience», dijo Leahy.
Los republicanos habían admitido durante las audiencias de confirmación que la ratificación de Sotomayor solo peligraba si ella «colapsaba» durante los interrogatorios.
Pero la juez federal de 55 años mostró aplomo y circunspección durante las audiencias, y sobre todo despejó dudas de republicanos sobre su imparcialidad, disparadas por un discurso de 2001 en el que afirmó que una mujer latina podía tener mejor juicio que un hombre anglosajón.
«Observé su trayectoria y puse ese discurso en perspectiva. Ella ha vivido una vida increíble. Ha sido juez 17 años. No hay indicios de que su discurso haya guiado sus decisiones judiciales», concedió el senador republicano Lindsey Graham, uno de los más duros con Sotomayor durante los interrogatorios.
Graham dijo que votaría a favor de Sotomayor, lo que también fue confirmado por republicanos como Richard Lugar, Mel Martinez -único senador hispano- y Olympia Snowe, una de las cuatro mujeres en la cámara.
El principal obstáculo que le queda a Sotomayor es el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, quien tratará de convencer a sus compañeros de partido de la «alarmante falta de respeto por la noción de justicia equitativa» de la magistrada.
El líder republicano del comité judicial, Jeff Sessions, ratificó este lunes su voto en contra de Sotomayor, por el temor de que no resista «los cantos de sirena del activismo judicial», o sea que falle según sus creencias y no en base a criterios estrictamente legales.
Pero analistas coinciden en que será difícil que algo impida que Sotomayor, que pasó de una infancia pobre en el barrio Bronx de Nueva York a graduarse con honores en prestigiosas universidades y ocupar cargos judiciales de peso, sea la primera hispana y la tercera mujer que alcance la Corte Suprema.
La máxima corte de Estados Unidos está integrada por nueve magistrados designados de forma vitalicia y tiene la última palabra en temas divisivos que captan la atención de los estadounidenses, como el aborto, la pena de muerte y el porte de armas.